Episodio anterior.
Episodio siguiente
-o-
Estoy de vuelta, esta vez no mentí jajaja.
Aquí traigo el segundo episodio, quizás el más débil de
todos, más enfocado en entregar un poco de contexto a lo que se mostró en el
primer capítulo.
Sigue siendo relevante por supuesto, ya que también da a
entender el “estilo” o mejor dicho el “formato” de esta pequeña historia; son más
“fragmentos” de la vida de Ranma… al menos hasta este episodio, los siguientes
evolucionaron por así decirlo, pero ya al final daré más detalles.
Sin más relleno… espero que disfruten de esta actualización.
-o-
Desahogo
Episodio 2: Estancado.
Una historia de Ranma 1/2
By: FireAkai15
-o-
Luchar con papá, llevar el
combate a la mesa, ser regañado por Akane, alzar la voz, Nabiki se escabulle
para ir la escuela, Kasumi nos entrega el almuerzo, se nos hace tarde y al
final Akane acelera el ritmo ignorando completamente mis llamados.
La rutina de siempre.
Trato de acercarme, acelera el
paso, hago lo mismo y me grita que me mantenga alejado.
![]() |
Dibujado por: Maelo19 (Shiki Guren) |
Si lo notó o no, no lo sé… siguió
corriendo murmurando cosas que no logré captar.
Estúpida marimacho.
-Tks…-
Tachó rápidamente lo último escrito, la molestia lo estaba abandonando y ahora
podía entender mejor la reacción de Akane.- Seguramente no soy el único cansado
de esto…
Por muy
cabeza dura que fuera la chica Tendo, ella tuvo que llegar a una conclusión
similar; en la que todo sigue igual, es más, es como si el propio mundo forzara
el “status quo” dentro de Nerima.
El
subconsciente de Ranma sabe que el mismo tiene la culpa de esto, evitó por
mucho tiempo tomar decisiones que cambiarían su día a día, estaba conforme con
la comodidad que tenía junto a Akane y el resto de su familia. Lo mismo podía
decir sobre el trato que recibía del resto de chicas que conocía, disfrutaba de
esa atención a pesar de sus infantiles intentos por “llevarlo al altar” y al
final del día, usualmente era él mismo quién terminaba lastimado por culpa de
sus propias acciones.
Pero
ahora… solamente quería escapar de la monotonía de Nerima.
Si bien
tenía intenciones de hacerlo, cada intento fue arruinado por las personas que
vivían junto a él.
¿Ir en
busca de una cura para su maldición? Tenía que llevar a Akane consigo, lo que
terminaba atrayendo a Ryoga, Shampoo y por último a Mousse.
Al
recordar el último fracaso de hacerse con una cura su enfado regresó, llegó a
maldecir a sus “amigos” por volver arruinar una oportunidad única por sus
payasadas.- Nuevamente estuvimos tan cerca…
Con
pereza guardó sus cosas en su viejo morral y abandonó el tejado en que estaba
reposando, las clases seguramente habían iniciado y eso significaba que no le
esperaba nada bueno en la escuela.
La
maestra Hinako, El director Kuno y su hijo, además de añadir a Akane y una
curiosa Ukyo por su ausencia.
-…-
Ranma detuvo su caminar, si era honesto consigo mismo la idea de ir a Furinkan
se le hacía terrible.- Pero si no me presento habrá más problemas.
Hizo una
mueca al pensar en lo que dirán los adultos de la casa Tendo, pero lo que más
le preocupaba o afectaba al artista marcial eran las palabras de su madre,
especialmente si llevaba esa mirada.
Ese
rostro lleno de desaprobación y decepción se había grabado en la mente de
Ranma.
-Tks…
como sea, estoy en un aprieto sin importar lo que haga.- Internamente se
maldijo por no resistir el impulso de escribir.- ¿Saben qué? ¡Al diablo con
esto, voy a disfrutar lo que me quede de tranquilidad!
SPLASH
En unos
instantes, la maldición se había activado, presentando así a una pequeña
pelirroja que mataba con la mirada a la persona que le había salpicado por
“accidente”.
-Maldita
anciana, estoy seguro que lo haces a propósito.- Murmuró Ranma antes de moverse
a gran velocidad por la ciudad, asegurándose de no encontrarse con cierta
amazona y su molesta bicicleta, evitando también la preparatoria de Kodachi y
cualquier encuentro errante con alguno de sus conocidos.
La
suerte por fin le sonrío, actualmente se encontraba en las afueras de la ciudad
y caminó sin rumbo hasta encontrarse con un pequeño vertedero de neumáticos que
llamó su atención.
-Mmmm…
seguramente es aquí donde papá consigue sus neumáticos.
Por más
de media hora la pequeña pelirroja se distrajo pateando, lanzando y golpeando
neumáticos, había pensado en utilizar su característico ataque de ki, pero
aquello podía captar la atención de alguien y se conformó con un entrenamiento
físico.
Finalmente
se sintió satisfecho y con una pequeña sonrisa se permitió tumbarse en los
restos de un vehículo, abrió su cuaderno
y buscó la última página que había escrito.
Ignorando
su horrible letra y su limitada ortografía, Ranma sentía una ligera pizca de
satisfacción por cada uno de sus escritos.- Quizás esto es a lo que se refería
el Doctor Tofu.
El joven
de coleta terminó recordando cómo se había hecho con el hábito de escribir,
todo había sucedido hace unas semanas atrás.
-o-
-Pues no noto ningún problema en
ti.
-¿Está seguro de eso doctor? ¿No
hay nada extraño, como un punto de presión o algo?
-Créeme, estás en plena forma
Ranma.- Tofu trató de trasmitirle seguridad con una sonrisa, pero el joven Saotome
seguía dudando del veredicto del doctor y este, no fue ajeno a esto.- Sigues
desconfiando ¿He? ¿Qué te generó esa duda de todos modos?
-En los últimos combates… me he
sentido más ¿Débil?- Pronto lo negó, como si aquello fuera imposible que
ocurriera.- No sabría cómo explicarlo Doctor, pero he necesitado de más golpes
de lo habitual para derribar a Kuno. Con Mousse es más raro aún, es el mismo
patrón y velocidad, pero ha sido más complicado esquivar sus ataques.
Tofu dirigió su vista al pequeño
corte que adornaba el brazo derecho de Ranma, no era nada grave especialmente
para el historial del chico, pero seguía siendo bastante peculiar que fuera
alcanzado por un ataque “predecible”.
-¿No crees que los estás
subestimando? No eres el único que se fortalece en esta ciudad Ranma, quizás
ellos se están fortaleciendo a su propio ritmo.
-¡Puff!- El solo pensamiento era
gracioso para Ranma, era imposible que esos dos alcanzaran su nivel con el tipo
de entrenamiento que hacían diariamente.- Lo dudo, de todos los rivales que
tengo, Ryoga es el único que realmente se toma enserio su entrenamiento y por
eso, no me sorprende que ayer me haya derrotado.
Nuevamente su bocota lo
traicionó, aquello no tenía pensado revelárselo a alguien y ahora que sentía la
analítica mirada de Tofu, solamente podía maldecirse en silencio.
-(Con qué esa debe ser la
verdadera razón por la que viene).- Ranma no era un mal chico, pero era un
pésimo perdedor y agregando su enorme orgullo, generalmente terminaba en
problemas que fácilmente se podrían evitar.- (Lo que es extraño aquí es que
haya admitido la derrota con tanta tranquilidad).
Necesitaba más información y
esperaba que Ranma no se la negara.- ¿Cómo fuiste derrotado?
-…
El chico parecía dudar, así que
Tofu siguió insistiendo.- ¿Una nueva técnica?
-No, nuevamente fui presa de su
ataque de ki.- Al pensarlo un poco, Ranma no encontró una razón para no decirle
al doctor, aunque seguía temiendo de que llegará a una conclusión equivocada.
La respuesta del artista marcial
confundió al doctor, gracias a Akane, sabía de la existencia de los ataque de
ki que consistían de ciertas emociones; Ryoga usaba los sentimientos negativos
a su favor en cambio Ranma, utilizaba su confianza y buen humor para crear su
propia versión de aquella técnica.
-¿No tenías una variante para
hacerle frente a ese ataque?
El chico dudó en responder por un
tiempo, pero la intensa mirada del doctor comenzaba a presionarle y de mala
gana contestó.- Me fallaron los nervios, el “Shi Shi Hokodan” genera mucha
presión ¿Es tan difícil de creer? ¡Tks! Incluso Ryoga dudó, no parecía satisfecho con su victoria.
-(Bastante extraño).- Ranma ya
había tenido arrebatos, era usual cuando se encontraba frente a su padre o
Akane, pero esta vez parecía incomodo por algo y el hecho que evitara mirarlo
directamente solamente fortalecía sus sospechas.- Dime Ranma ¿Cómo has estado
últimamente?
-¿He? ¿A qué se refiere?
-¿Te has sentido bien? ¿Algo te
está preocupando? O quizás, algo te esté molestando últimamente.
Ranma frunció el ceño, como si no
estuviera contento por el rumbo que estaba tomando la conversación.- ¿Qué está
tratando de decir doctor?
-Quizás tu problema no esté en tu
físico.- Tras decir eso, el doctor dio un pequeño toque en su cabeza.- Quizás
esté aquí o también…- Su mano se dirigió a su pecho, nuevamente dando ligeros
toques en su cuerpo.- En esta parte.
Ranma se levantó de su asiento
rápidamente, el doctor no parecía alarmado por eso y quizás, había encontrado
el verdadero problema del chico.
Ambos se miraron por un tiempo,
el chico parecía querer recriminarle su hipótesis, pero por una extraña razón
se mantuvo gruñendo sin decir algo coherente. De todos los adultos que conocía,
Tofu era uno de los que más respetaba y por eso, trataba de no decir algo de lo
que se arrepentiría después.
Tofu pudo entenderlo y una parte
de él se sintió halagado por el esfuerzo del chico.- Mi especialidad no es la
psicología, así que no me tomes tan enserio, pero quisiera darte esto.
-¿?- Ranma miraba confundido como
el doctor se dirigió a su escritorio, no tardó en encontrar lo que tanto
buscaba; un cuaderno rojizo que no parecía tener ningún tipo de contenido en
él.- ¿He? ¿Qué quiere que haga con esto?
Decir que lo usara como un diario
sería una tontería, Ranma seguramente vería aquello como algo “femenino” y lo
rechazaría inmediatamente, así que Tofu tuvo que ser creativo y utilizar su
gran vocabulario para convencer al chico.
-Okey, puedo intentarlo aunque no
estoy seguro de como solucionará mi problema.
-Míralo más como un descanso de
los demás ¿No eres tú quién se queja de que no escuchen tus explicaciones? Aquí
podrás decir lo que piensas de tu día a día, sin temer a que alguien se moleste
por lo que dices de él.
-Esto parece un…
-Para nada, créeme que yo mismo
he tenido que recurrir a esto en ocasiones, como también varios guerreros de
Japón.
Ranma parecía dudar, pero pronto
se encogió de hombros y tomó el cuaderno.- No prometo nada, pero voy a
intentarlo.
-Bien, créeme que te ayudará más
de lo que crees.- Terminó de decir con una pequeña sonrisa.
-o-
-Supongo
que debo agradecerle cuando lo vea.- La actual pelirroja mordió con vergüenza
el lápiz que siempre llevaba con ella, volvió a una de las primeras páginas que
había escrito y añadió algunas líneas cuando mencionaba al Doctor Tofu.
Siempre cuando no
esté Kasumi cerca, Tofu es el hombre más confiable de Nerima.
Fuente: Ranma
Saotome.
-Ahora…
¿Qué podría escribir?- Pensó en la escuela, pero pronto descartó la idea al
sentirse como los nervios volvían a él, como si su cuerpo le indicara que
debería irse lejos, lo más lejos de ese lugar y no volver.- Incluso ahora me
está dando problemas ¡Grrrr!
Ranma
trató de pensar en cosas que lo hacían feliz; la comida de Kasumi, la de Ukyo, la
de Shampoo y por supuesto, la de su madre.
Aquellos
pensamientos despertaron a su estómago, pero prefería convivir con el hambre y
no con aquella “ansiedad” que lo invadía de vez en cuando.
-¿Qué
hice hoy?- Pronto sonrío al recordar el entrenamiento con los neumáticos, hace
tiempo que no hablaba de su entrenamiento o sobre las técnicas que estaba
creando.- ¡Lo tengo!
Recientemente terminé de
entrenar, no fue algo tan exigente como los entrenamientos de papá o de la
abuela, pero fue suficiente para calmar esas ganas de arremeter contra el
mundo.
Desde hace un tiempo he estado
pensado en hacer un viaje de entrenamiento, quizás un mes o más entrenando en
solitario sea un buen cambio para mí, desarrollando variantes de mis técnicas
actuales como el “Kachū Tenshin Amaguriken” pero utilizando mis pies ¡Tendría
más rango de alcance incluso siendo una chica!
Y quizás, hasta pueda encontrar
una pista para una cura aunque eso es secundario, solamente quiero desaparecer
un tiempo de Nerima.
Mientras se trate de las artes
marciales sé que tendré a papá de mi lado… espero.
El problema será mamá y el resto,
pero principalmente mamá que no tomará muy bien la idea de “faltar a clases”.
Seguramente dirá algo relacionado
a la hombría, que un hombre esto y que bla, bla y bla.
Si me voy por un tiempo habrá
problemas, pero… ¿Cuándo no ha habido problemas?
¡Que valga la pena el castigo
entonces! ¡Ya tome mi decisión!
-Vaya…-
Murmuró con una pequeña sonrisa mientras releía la página.- Realmente sirve.
Anteriormente
Ranma se hubiera quedado pensando en las consecuencias de “escaparse por un
tiempo”, siempre que se imaginaba las consecuencias decidía no hacer ningún
viaje y rezar que a su padre se le ocurriera arrastrarlo a uno.
Pero
desde que Tofu le entregó aquel cuaderno pudo notar cierto patrón, que habían
personas que se molestarían con el incluso por un vaso de agua.
¿Enserio
dejaría de hacer cosas por ese tipo de personas?
-¡Que se
pudran!- Exclamó con alegría, tomando su lápiz continuó con su escrito.- ¡Haré
ese viaje de entrenamiento les guste o no!
La artes marciales puede que no
solucionen mis problemas actuales, eso ya lo sé muy bien, pero es lo único que
tengo para defenderme del resto, de todo lo que no entiendo.
Es a lo único que puedo aferrarme, sé muy bien que
las artes marciales jamás me fallarán.
¡El arte es mi vida! ¡Por eso, es
que debo dedicarle más tiempo!
Siento que debería estar haciendo
más, más y mucho más… ¿Lo has sentido alguna vez? ¿Qué tu habilidad esté siendo
desperdiciada de una manera u otra?
Dios, ignorando a esas dos momias
¡Soy el más fuerte de este lugar!
¡Quizás de los mejores de todo
Japón!
Pero luego aparecen esos
pensamientos fugaces, que en el momento que me relaje seré superado por Ryoga,
Taro o cualquier fenómeno que llegue desde China.
¡No puedo soportar esa idea!
¡Necesito seguir mejorando, pero me siento limitado!
Antes el mundo era mi “dojo”,
entrenaba donde sea y cuando se me diera la gana… ya no tengo nada de eso.
De hecho lo extraño un poco.
Como sea, he estado pensando en
lo que otros tienen y yo no, yo poseo el mayor potencial de mi generación, pero
mi falta de una meta fija quizás sea mi punto más débil.
Digo, Kuno tiene a Akane… y a mi
forma de chica, suerte con eso maldito bastardo.
Mousse tiene a Shampoo y mi
cabeza, jeh… ¡Ya quisieras chico pato!
Yo soy el objetivo de Ryoga,
aunque también puedo incluir a Akane como uno de sus objetivos.
Entonces… ¿Cuál es el mío?
Disfruto de un buen combate,
sobre todo si soy yo quién se luce, pero debe haber algo más ¿No?
¿Ser el más fuerte? Tentador,
pero eso puede llevarme toda la vida, el mundo es un lugar muy grande y además,
es un objetivo poco propio al final del día ya que, todo artista marcial busca
ser el mejor.
Papá desde que tengo memoria me
ha dicho que debo llevar nuestra escuela a la cima.
Mamá quiere que sea un hombre
entre hombres.
Y el viejo degenerado quiere que
YO resurja su escuela de las cenizas.
Esas tres cosas siento que puedo
cumplirlas al convertirme en el más fuerte, pero nuevamente… no me satisface.
Quizás debí prestarle más
atención a ese profesor sustituto que hablaba sobre las metas de la juventud.
¿Qué me espera en el futuro? ¿Confrontar
a nuevas prometidas? ¿Luchar contra extraños tipos de China? ¿Otra boda
fallida? ¿Un dojo sin estudiantes?
Pensar en ello es…
¿Deprimente?
Traté de hablar con mamá sobre
esto, pero solamente recibí una ligera amenaza con su katana y un discurso
sobre la hombría.
Un hombre esto, un hombre
aquello… solamente hay eso en su cabeza.
¿Qué es ser un hombre entre
hombres al final del día?
¿Ser fuerte? Lo soy, pero no
parece satisfecha con mi nivel actual… ¡Entonces déjame ir a entrenar mujer!
¿Guapo? ¡Lo soy, Kodachi y
Shampoo pueden confirmar eso!
¡Ni siquiera sé que debo cambiar
o mejorar!
Mamá, el conocerte ha sido de las
cosas más especiales de mi vida, pero últimamente… has sido más problemas que
algún tipo de apoyo.
Como si siguieras siendo una
desconocida… ni se cómo llegar a ti, es más, me está molestando bastante que
una desconocida trate de manejar mi vida a su antojo.
Ranma
apretó los dientes y tachó rápidamente la última línea, incluso si nunca
tuviera el valor para decirlo en voz alta, el solo pensarlo lo hizo sentir
culpable.
-Creo
que… fue suficiente por hoy.- Su voz sonó bastante débil para su sorpresa, pero
trató de restarle importancia por el hambre que tenía.- Quizás deba pasar
primero a comer algo.
No sabía
la hora exacta, pero seguramente las clases debieron haber finalizado y las
chicas Tendo ya deberían estar camino a su casa.
En
teoría, tenía tiempo de sobra para ir al restaurante de Ukyo.
-Y
quizás recompensarla por lo de antes.- Susurró mientras se rascaba la nuca con
torpeza, tras ese día, Ranma no intentó acercarse a su amiga y pronto aquella
“culpa” se intensificó en su interior.- Si, es lo mínimo que se merece Ucchan.
Que
tardara una o dos horas más no cambiaría el mal “desenlace” de su día.
De
hecho, Ranma aceptaba gustoso los golpes de Akane si lograba reconciliarse con
Ukyo.
-o-
Técnicas:
Shi Shi Hokodan: Rugido del león.
Mōko Takabisha: Huracán de tigre.
Kachū Tenshin Amaguriken: El truco de las castañas calientes.
Y aquí lo dejamos hasta el viernes, como dije, es más para entender un poco lo que le está
afectando al chico y ligeras pistas de quién es la persona que más presión le
trasmite.
Los siguientes episodios ya son más largos, además de tener
más contenido, no solamente los escritos de Ranma para comprenderlo, ya que
veremos el punto de vista de otros personajes y diferentes interacciones.
En retrospectiva puedo hacer algo mejor de este episodio,
sobre todo si me guío de lo realizado en los siguientes, pero aquello
arruinaría la “nota final” cuando finalice la publicación de esta historia,
quizás no sea la gran cosa, pero sigue siendo la primera historia que finalicé
así que… bueno, está el sentimentalismo para luego releerla y decir; jeh ahora
puedo hacerlo mejor o cosas como, ese día sí que me mamé, debo dejar de escribir
mientras bebo o cosas así.
Divago de nuevo, lo siento, lo siento… ¡Espero que les haya
gustado!
PD: No tenía dibujo para esta historia, así que utilicé uno
de mi otra historia de Ranma (Hay que reciclar).
Aquí dejaré el enlace al Instagram de mi colega y amigo:
Maelo19.
¡Tengan un gran día!
Se despide relajado… un escritor de pacotilla.
Si, lo volví a decir jaja.
-o-
Episodio anterior.
Episodio siguiente.
También te puede interesar: ¡Rompiendo las cadenas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario