sábado, 27 de marzo de 2021

Pokémon XY&Z: Second Chance - Ep 21: ¡Inicia el ataque! ¡Cuidado Kanto! 1/2


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También te pueden interesar mis otras historias, ya sean de Pokémon o Ranma 1/2 que están en la sección de "one-shot".

-o-

¡Hola muchachos! ¿Qué tal? 

Hace un tiempo que no nos leemos, lamento eso en parte, porque si les soy sincero... me he enfocado más en mi cuando me sobra el tiempo, cosa que me ha servido bastante para no salir tan molido del trabajo o simplemente que mi humor no decaiga.

¿Algo interesante que contar? No tengan miedo de hablar los que tengo en Facebook, puedo parecer un tipo desagradable (Que lo soy en parte) pero ustedes se merecen solamente dulzura por apoyarme en estas cosas y por su paciencia.

He estado pensando en hacerme un Discord, digo es más de "chavos" y me sería más sencillo comunicarles cuando se haya publicado xD ya veré como lo hago. Por otra parte, me gustaría pedirles que quién aun no siguen el blog lo hagan, al menos quiero llegar a los 20 o 30, si llegamos a eso prometo publicación si o si cada 90 días mínimo.

¡Y me estoy arriesgando! (Que no se note mi buen humor ¿He?)

Bueno antes de pasar a la mención de los comentarios, quisiera explicarles la "cronología" de estos últimos episodios. No es tan complicado, pero mejor que quede claro y evitas futuras dudas; la cosa es que casi todo lo que sucede aquí transcurre casi en el mismo tiempo de los eventos del último episodio, tanto como la mayoría que muestre en posteriores episodios.

La batalla por Kanto no creo que dure más de unas tres a cinco horas, tiempo suficiente para que todo se vaya a la ñonga, de todas maneras... obviamente habrán eventos que sucedan posteriores a otros, suena redundante pero quiero asegurarme que quede claro(?)

Bueno se que son inteligentes y seguramente se hubieran percatado de esto solamente con las dos primeras escenas de esta actualización.

Ahora... ¡Prosigamos con los comentarios!

Gracias a cada una de sus palabras muchachos, pero desde ahora pienso recalcar a los "top 3" solamente (De todas maneras, siempre trato de responder cada comentario que dejan en los episodios).

Así que... la medalla de bronce se la lleva "Master X", resalta varias cosas como siempre y aprovecha de recalcarme lo que quiere ver en el futuro con las chicas xD (Marrano).

El segundo lugar es para "Barkra" , un veterano que llevaba tiempo sin comentar y volvió bien chingón, resaltando varios puntos, lo que le gustaría ver o teoriza lo que puede suceder en un futuro, pero más importante... ¡Darse el tiempo para comentar sobre cada uno de los integrantes del akaiverse! 

Todos mis amigos y yo, te lo agradecemos men.

Y la medalla de oro por más de seis meses, sigue siendo para "Anbludx" ¡Alguien por favor quítele el trono! 

Como siempre se da tiempo para hablar de varios personajes, se percata de algo bastante pequeño pero particular que ocurre y casi acierta en lo que puede suceder en el futuro... casi.

Además de hacer comparación con otros "trabajos" del blog, cosa que no negaré... me hace inflar el pecho de manera engreída.

¡Gracias a todos!

¿Humm? ¿Qué pasa? 

¿Dicen que hago esto solamente para incitar la competencia sana? ¿Pero principalmente para inflar mi ego y que me sienta bien?

N-no te voy a decir que si... pero tampoco te voy a decir que no xD

¡Hahahaha! Ya dejando el relleno y la payasada... ¡Disfruten del episodio!

PD: ¡Lean las notas finales!

-o-

-Mmmm…- Estoy bastante desorientado, algo normal si tomo en cuenta que acabo de despertar y con movimientos torpes, deslizo mi mano derecha en busca de mi poké-gear.

¡Bingo!

Al encender la pantalla me lastima un poco los ojos, aunque no tardé en adaptarme al brillo de la pantalla y pude ver la hora sin problemas.

Y no tardo en quejarme… ¿Cómo mierda terminé despertándome a las cinco de la mañana?

-Golbat… ¿Tienes algo que ver con esto?- No es la primera vez que lo hace, usualmente es ella quién me despierta para ir a mi trabajo en Ciudad Carmín.- Golbat.

Enciendo la lámpara con forma de Bellsprout, lo que inevitablemente me recuerda que no me encuentro en mi habitación y en los últimos sucesos de mi vida.

Días libres, aprovechar de ponerme en forma junto a mis pokémon y visitar a uno de mis hermanos pequeños en Ciudad Verde.

No me quejo, me han recibido bien y esta ciudad es bastante tranquila… con gente algo paranoica, pero eso es todo.

En fin, con el aumento de iluminación logro notar a mi compañera observando hacia la ventana.

-¿Sucede algo?- No recibo respuesta, es más, mi pokémon ni se molesta en girar hacia mí.

En otras palabras me está diciendo que lo vea por mí mismo y entre bostezos me acerco a su lado.

Cuando estoy a punto de abrir las cortinas, Golbat me regaña y entre gestos me advierte que sea cuidadoso ¿A qué se refiere?

-¿El cambio de temperatura te afectó?- Intento bromear, pero solo me frunce el ceño y dicen que yo soy el amargado.- Bueno… lo haré a tu manera.

Al deslizar la cortina mi sonrisa no tarda en desaparecer.

¿He?

-Eesos… n-no son…- Apenas me salen las palabras, seguramente por la sorpresa que pronto se convertirá en miedo.

¿Qué hace el equipo rocket deambulando por esta ciudad?

Ver a esos tipos en sí no me asusta si no, todos los pokémon veneno que los acompañan.

Bueno ellos y las armas que poseen cada miembro de esa maldita organización.

-¿Es un sueño verdad?- Miró a mi pokémon que solamente me otorga una mirada seria, acabando así con todas mis esperanzas que esto esté ocurriendo solamente en mi cabeza.- Golbat…

Y por un buen tiempo, no hago más que observar por la ventana, tragándome mi temor para no afectar a mi compañera.

Podía hacer una llamada a la policía, advertir a los vecinos e incluso crear una estrategia para llamar la atención de toda la ciudad utilizando a mis escasos pokémon.

Pero no hago nada de eso, mi cerebro se congela y se cuestiona varias cosas.

Puedo ver como los Raticate se adentran en los departamentos por las tuberías, los Golbat acechaban por el cielo con cautela y los Grimer se adentraban a la casa por cualquier orificio sin ningún problema.

Esto último me deja un amargo peso dentro de mi estómago.

¿La policía? ¿El líder de gimnasio?

¿Dónde están?

¿Por qué está ocurriendo esto en primer lugar? ¡Cosas así solo pasan en la ficción! ¡Esto es demasiado irreal!

Golbat me aparta de la ventana, acabando así con aquellos pensamientos que crecían en mi cabeza.

Me encara, molesta de verme perder el control tan fácilmente…

Si… incluso yo me siento patético.

-Yo… lo siento…- No sé qué más decir, estas cosas siempre las veo desde la perspectiva de un observador, nunca piensas que estarás en una situación como esta.- Voy a…

Con torpeza me visto con algo cómodo y tomó mis poké ball, al igual que el cuchillo que compre hace unos meses.

Soy un hombre, debo darle prioridad a la seguridad de los demás.

PAAAM

Me golpeó repetidamente en mis mejillas, para apartar por un tiempo cualquier pensamiento negativo que crece dentro de mí.

-Bien Golbat, despertaré a los demás y les diré que vayan al hatico.- Tomó la poké ball de mi Persian y lo libero de esta, como era esperarse de ella, ya está al tanto de la situación.- Quiero que tú y Persian protejan la puerta principal.

Si aparece cualquier inconveniente a un tengo a Growlithe para defenderme, aunque quisiera no hacerlo, no solamente porque estoy al tanto de que no poseo la habilidad que tenía cuando era un entrenador, sino que mi can de fuego podría causar un incendio del cual quizás no podremos escapar.

-Estaré con ustedes enseguida.- Ellas asienten y pronto salimos de la habitación.

Corro con toda la velocidad que me permite mi cuerpo, pensando en las palabras que debo utilizar para no causar pánico en la familia.

Pero… ¿Realmente existen aquellas palabras?

Incluso no sé si seré capaz de hablar sin que el miedo se refleje en mi voz.

Dios… ¿Podré resistir hasta que intervenga la policía?

-¡!- Mi mente es iluminada por la imagen de mi hermano pequeño, aquel que me ve como alguien ejemplar, el que imita mis frases y gestos.- Tks…

Ese niño, a quién se le iluminan sus ojos cada vez que voy a verlo, quién recalca que soy su persona favorita… ¿Voy a fallarle?

No…

No pienso hacerlo.

¡A él no!

-¡Rocket hijos de puta!- Abrí la puerta con brusquedad, sobresaltando a la matriarca de la casa y a sus dos hijos, no les doy tiempo para replicar y les doy a conocer la situación.

Tomó a mi hermano entre mis brazos y no tardó en liderarlos hasta el hatico.

Les prometo que alejaré a esos bastardos, con un pulgar arriba y una sonrisa dedicada a mi hermano corro hacia la puerta principal.

Aparto las dudas y el miedo de mi mente… ¡No los necesito ahora!

Algo ardiente crece en mi pecho, trato de aferrarme a ese sentimiento para hacerle frente a esos malparidos que se atrevieron arruinar mis días libres, pero más importante…  la tranquilidad de mi hermano.

La ira no me hará mejor combatiente, pero si me dará el valor para confrontarlos.

Al llegar noto como algo viscoso y de color purpura entra por debajo de la puerta, mi mirada se endurece y mis pokémon se preparan para luchar.

-Hay que llamar la atención… la gente debe reaccionar a tiempo para defenderse.- Aun debo agradecerle a Golbat por despertarme, al salir de esto los llevaré a todos a comer un helado en los puestos de Carmín.

Cuando salga de esta.


Dibujado por: Ray (Cadmo)

Jeh… usualmente es lo que dice un personaje antes de morir.

Los Grimer entran y no parecen sorprenderse, mucho menos intimidarse al vernos… ¿Nos menosprecian?

Hijos de puta.

-¡Aire afilado Golbat!

-o-

Gracias a ese grito que dio inicio a una batalla, varios habitantes de la ciudad despertaron antes de lo esperado, los pocos combatientes de la ciudad intentaron hacerle frente a esta amenaza, pero no tardaron en ser superados.

En tan solo unos minutos, los rocket estaban tomando el control de la ciudad.

La policía al dar el primer paso fuera de la estación se vieron rodeados por un gran grupo de pokémon.

-¡Rápido informen a la oficial!- El capitán de aquel grupo no tardó en lanzar a su Machoke al combate.- ¡Los demás, prepárense para combatir!

 -¡Sí!

-Hmmp.- El capitán de los rocket lanzó a su Hypno al combate, con una sonrisa algo macabra dio la orden de atacar a su pelotón.- ¡Es hora de tomar lo que nos pertenece!

-¡Por Ciudad Verde/Por el equipo rocket!- Exclamaron ambos grupos antes de lanzarse al ataque.

Todo mientras se escuchaba gritos de pánico, maldiciones y explosiones por toda la ciudad.

-o-

Pokémon XY&Z: Second Chance.

Episodio 21: ¡Inicia el ataque! ¡Cuidado Kanto! 

Parte 1

-o-

Los monstruos de bolsillo nunca paraban de evolucionar.

Ya sea para adaptarse a un nuevo ambiente o para ser más eficientes combatiendo.

Logrando aprender ataques que su especie jamás pudo ejecutar en el pasado, desarrollando un tipo elemental secundario e incluso logrando adaptar ataques del tipo normal a su propio elemento.

Su capacidad de mejorar los han llevado a un punto de incluso reemplazar su habilidad por defecto a una más efectiva.

Las últimas capturas del entrenador de Noctowl son buenos ejemplos de aquello.

Ninetales poseyendo un control del clima muy similar al que poseía el devastador Groudon, aunque en una menor escala aquello seguía siendo sorprendente.

Y Banette… llevaba aquel proceso evolutivo a escalas nunca antes vistas.

Noctowl se maldecía internamente por estar tan lejos de lograr tales hazañas.

El ave icónica de Johto maldecía a su especie por encontrarse aún a medio camino.

Con el paso de los años, su especie fue capaz de aprender todo tipo de movimientos del tipo psíquico. Siempre se había sentido orgulloso de aquel logro, pero ahora desearía poder superar tales límites y obtener ya de una vez el psíquico como tipo secundario.

Su habilidad en combate aumentaría bastante por varios factores, pero actualmente aquello era algo irrelevante para el pokémon variocolor.

Ahora deseaba con todas sus fuerzas ser del tipo psíquico para saber lo que sucedía con Ash y Juppeta.

-[Puedo detectar cuando una emoción domina al resto].- Esto le daba pistas de quién dominaba la conversación.- [Pero puedo interpretarlo de varias maneras… terminaré más confundido que antes].

Noctowl es inteligente y astuto, pero no puede llegar a una conclusión con pistas tan ambiguas.

Podía percibir todo tipo de emociones por parte de ambos, ira, odio y luego calma… para luego volver nuevamente a la ira.

Pero sobre todo aquella aura siniestra que solamente deseaba matar.

-[Aunque no fui el único].- Sus ojos se dirigieron hacia el resto de sus compañeros que lo acompañaban en la guardia, cada uno ansioso por interferir en la habitación del azabache.- [Mantengan la calma, Pikachu, Beedrill e Infernape están con él].

Aunque intentó trasmitir calma en sus compañeros, Noctowl ya tenía preparadas sus alas para lanzar afiladas ráfagas de aire contra Banette.

-[¿?]- Para su sorpresa, lentamente aquel instinto asesino comenzó a desaparecer de la habitación y desde ese punto todo comenzó a ir con calma.- [Qué extraño… no puedo diferenciar las emociones que están sintiendo en este momento].

Había dos respuestas a tal hecho; que tanto Ash como Juppeta lograron un control total de sus emociones y lograron llegar a un acuerdo sin ninguna represalia.

Muy bonito para ser verdad.

Noctowl se cargaba hacia su segunda opción; las emociones eran tan complejas que le era incapaz de descifrarlas con su pobre dominio en habilidades psíquicas.

Le disgustaba ser un mero observador, sobre todo al percatarse de los planes de aquel siniestro ser conocido como Juppeta.

Quería destruir o al menos debilitar el lazo de confianza que poseía Ash y sus pokémon, cosa que podría suceder al utilizar aquel odio que oculta Infernape en lo más profundo de su ser y también, por aquello que su entrenador dará a conocer tras esta batalla.

Aquellos detalles que había omitido sobre aquella historia que había narrado antes de partir al monte plateado.

-[Esa Banette jamás se detendrá… no hasta que sumerja a Ash completamente en la miseria].- Noctowl predecía ataques sutiles de parte del pokémon fantasma, tales como lo había hecho con Gary en Ciudad Celeste provocando una pequeña riña entre ambos jóvenes.

Pero en esta ocasión, se enfocaría en Ash e Infernape.

No… quizás iría más allá.

-[Mientras más tiempo pase con nosotros se nos hará más difícil ocultarle esas emociones].- Infernape no era el único que ocultaba emociones oscuras, por supuesto que no, el propio Noctowl guardaba pensamientos y sentimientos hacia el resto.- [Cuando aquellas emociones sean del conocimiento de Juppeta nos volveremos sus marionetas].

Aquello que ocultaban, destruiría la armonía del equipo por completo, había envidia, rencor y dolor que aún no sana.

Pidgeot aun siente aquel resentimiento contra Charizard, pero trata de dejarlo a un lado por el azabache.

Quilava envidia ligeramente al resto de pokémon de fuego, cada uno de ellos destacaba de una forma en la que él es incapaz de competir.

Y por último había dolor, que se manifestaba de distinta manera en cada uno de ellos.

Steelix sufría en silencio la perdida de sus crías, solamente siendo consolada por Gabite, Totodile, Ivysaur y el propio Ash.

Bayleef eran quién más sufría por la ignorancia que parecía mostrar Pikachu ante el accionar del azabache en el monte plateado, Noctowl le entendía pero no compartía el sentimiento.

-[Banette puede hacer que todo esto nos explote en la cara].- Había varias cosas que debían solucionar, necesitan a su entrenador pero también saben que no es el momento.

El lazo que poseía cada pokémon con Ash era férreo, pero el que tenían entre ellos era delgado y frágil como un cristal.

Y Banette se percató de aquello.

Una amarga sensación comenzó a ejercer dentro de Noctowl, el llegar a tal conclusión provocó que viera a Juppeta igual de amenazante que la organización de Giovanni.

O quizás como un peligro mayor a estos.

-[¿Mmm?]- Noctowl poseía la habilidad vista lince, la cual le otorgaba un gran aumento de visión y no tardó en detectar como una figura azulada abandonaba la casa de Ash a una gran velocidad.- [Supongo que llegaron a un acuerdo ¿He?]

Solo fue un instante, quizás no mayor a dos segundos en los que Banette encaró al otro pokémon variocolor. Un breve momento en que sus miradas se encontraron y solo eso bastó para decirse decenas de cosas.

En ningún momento el pokémon fantasma sonrió confiado, reconociendo para sí mismo que Noctowl era un oponente peligroso a su manera y solamente en silencio abandonó el pueblo.

Mientras tanto el Buhó de Johto endureció la mirada luego de que Juppeta confirmara sus sospechas.

-[Nosotros los pokémon no paramos de evolucionar].- Aquello era cierto, pero Noctowl comenzaba a pensar que aquella Banette tenía un rango de mejora terrorífico comparado a cualquiera de sus colegas.- [Ella se adapta más rápido que cualquiera de nosotros… Ash, será mejor que ya tengas planeado algo en contra de ella].

De no ser así, el propio pokémon volador se encargaría de acabar con Juppeta antes de que fuera demasiado tarde.

Pero ya habría tiempo para lidiar con aquello, no… con ello y todo lo demás.

Guardó aquella inquietud dentro de sí y se enfocó en lo primordial.

Lidiar con Giovanni y sus hombres.

-o-

Juppeta desaceleró en el instante en el que se había adentrado en la primera ruta de la región.

No encontró señales de vida en la zona tal como en el día anterior y a primera vista, lo único que había cambiado era la atmosfera del lugar.

Era más inquietante, levemente familiar para la fantasma.- [Me recuerda un poco al silencio del monte… ¡Awwww, me siento algo nostálgica!]

Con gran entusiasmo saltó a la rama del árbol más cercano, para luego saltar a otra y así abrirse paso hasta Ciudad Verde.

Volar hasta allí revelaría su existencia a la experta en pokémon fantasma, quizás hasta el propio Giovanni, Silver y algunos de sus hombres serían capaces de percibir su energía.- [Es extraño, pero esto realmente me estimula… quizás obedezca a Ashy más a menudo].

Sonrío un poco al recordar el ambiente de la habitación de su entrenador, seguramente el roedor le hizo pasar un momento bastante emocional a su “marioneta” favorita.

-[Una lástima que me lo haya perdido].- Tampoco era ajena a las miradas que le dieron algunos pokémon, trató de no pensar mucho en ello, pero siempre volvía a recordar la mirada de Noctowl.- [No me temen, sobre todo ese búho… siento como si hubiera visto a través de mí].

Una pequeña mueca se manifestó en su rostro, por un instante pensó en ir a encarar al otro pokémon variocolor y atormentarlo por un rato; pero algo la detuvo de hacerlo quizás su subconsciente o instinto.

Quizás ambos.

Juppeta sentía que la única que saldría mal parada en aquel encuentro sería ella, de alguna forma lo vio cuando se encontró con los ojos de Noctowl.

Anteriormente había pecado de impulsiva e incluso de ingenua, actuando sin pensar en las consecuencias de sus acciones. Ash y sus pokémon no eran como los habitantes de aquella montaña, no se cegaban por sus instintos y por ende, no podía manejarlos a su antojo y aquel error tan simple le había costado caro.

Maldijo su actuar, había sido divertido y sus acciones llevaron a eventos interesantes de ver, pero a cambio dio a conocer un punto débil que Ash no dudaría en usar en su contra.

Estaba bastante vieja para tales fallos y aun así, pareciera que Juppeta jamás aprendería.

Como si fuera un juguete defectuoso.

-[Tks…]- Tal pensamiento la irritó e inconscientemente aumentó la fuerza de sus saltos, destruyendo las ramas en el momento de deslizarse a otra.- [Has ganados estas rondas, pero no será así para siempre Ashy].

El azabache seguía pecando de ingenuo en varios ámbitos, uno de ellos es la confianza ciega que posee en sus pokémon y en el juicio de estos.

Infernape empatiza con el dolor de Juppeta, porque se ve reflejada en ella… siente que pudo terminar como la fantasma sino fuera por el azabache y el resto de sus compañeros.

-[Ash cree que solo me aprovecharé del odio de su pokémon, muy grave error… ella me ha otorgado el escenario perfecto para fortalecerme].- Sus combates serían escasos, aquello se introdujo en su mente desde que fue capturada, aun así había pensado que su fuerza y habilidades serían suficientes para convertir al azabache en su marioneta.- [No cometeré el mismo error, seré paciente y a decir verdad, Ashy se lo ha ganado].

Otra cosa que no esperaba había sido desarrollar un leve respeto por el chico, tanto para expresar algunas de sus verdaderas intenciones y analizar el cómo reaccionará a estas.

Juppeta seguía siendo un pokémon, por muy corrompida que estuviera sigue compartiendo cualidades que poseen sus semejantes y una de ellas es la pasión por los combates.

El combatir es esencial en la vida de todo pokémon, ya sea para desarrollarse, divertirse o simplemente desahogarse.

Y al igual que otros monstruos de bolsillo, ella podía sentir respeto por un combatiente.

Ash se estaba convirtiendo en un combatiente digno, quizás lo suficiente para poder acabar con la existencia de ambos.

Sería un final bastante… ¿Satisfactorio?

Dibujado por: Azure Shiro.

-[Estoy divagando más de lo usual].- Murmuró antes de cambiar nuevamente a su forma humana, aun nadie abandonaba la ciudad vecina y los rocket no dudarían en atacar a una “frágil chica”, en el momento que entraran en el rango de Juppeta sería el final para ellos.- [Pero… en algún momento aquello debe ocurrir y de ser así, quisiera caer ante Ashy o contra ese desgraciado].

¿Honor? ¿Orgullo? ¿Digno luchador?

Todo aquello debería ser desconocido para ella.

O al menos eso deberían pensar los pokémon del azabache, razones tenían varias y bien justificadas por el comportamiento de la fantasma. Si los demás hubieran escuchado a Juppeta no le hubieran creído, después de todo; había dejado en claro que el entrenador de Pueblo Paleta no era más que un mero juguete para ella.

Un juguete con el que podía hacer lo que quiera, golpearlo, insultarlo, lanzarlo e incluso destrozarlo.

Igual como lo habían hecho con ella en el pasado.

Quizás ella era la primera de su especie en ser creada, no lo sabía a ciencia cierta ya que jamás había tenido contacto con otro Banette.

Seguramente hubiera “nacido” antes de no haber sido por el cariño de Nozomi, aunque en ese tiempo ya había desarrollado consciencia gracias a la energía negativa que reunió siendo una muñeca de trapo.

Era irónico, si Nozomi no hubiera sido tan buena con ella se hubiera desarrollado antes como una “Banette” y hubiera logrado salvarla de aquel incendio.

Pero de ser así… ¿La hubiera salvado? O ¿Se hubiera asegurado de que muriera calcinada?

Este último pensamiento la estremeció y trató de borrar aquellas ideas de su cabeza.

-[Ya inició].- Podía sentir el pánico, el miedo y el horror de los habitantes de Ciudad Verde, lo estaría disfrutando de no ser porque su mente estaba enfocada en el pasado… estos gritos se asemejaban bastante a los que dieron los humanos en aquella torre.- [Al parecer hay cosas que nunca cambiarán].

El miedo hacia relucir la verdad naturaleza del ser humano, incluso la persona más confiable del mundo te dejaría a tu suerte con tal de asegurar su bienestar.

Son seres egoístas por naturaleza, individualistas e hipócritas… a ella le asqueaban los humanos.

La imagen de adultos dejando a los niños a su suerte pasó por su mente, haciendo que la idea de consumir la ciudad en llamas fuera bastante apetecible.

Estaba tan cegada por su odio, que no se percataba que ella podía percibir fácilmente emociones negativas… Juppeta era ajena a las demás emociones que había dentro de los habitantes de la ciudad.

Había desesperación, pero esta era causada por no poder proteger a sus seres queridos.

Por perder todo lo que habían conseguido con esfuerzo y sacrificio.

Era ajena al valor de los jóvenes, madres, padres, abuelos, hermanos mayores y pokémon que daban cada parte de si para proteger a quienes apreciaban.

No veía la determinación de los oficiales y bomberos con su deber.

Si fuera más abierta al mundo… lo vería, pero era más sencillo aferrarse al odio y al dolor.

Juppeta realmente no quería ver el esfuerzo de aquellas personas.

Y si lo viera… ¿Realmente cambiaría su forma de ser?

Subió a la punta del árbol más alto de la zona, logrando ver gran parte de la ciudad desde tal altura.

Ciudad Verde había cambiado bastante desde su última visita hace algunas horas.

Esta actualmente era un caos; casas consumidas por las llamas al igual que los árboles de la ciudad.

Tiendas reducidas a escombros.

Toda la ciudad estaba siendo cubierta por una gruesa cortina de humo causada por las llamas, como también por los ataques de los Koffing y su evolución.

Los policías perdían terreno con cada acción de sus oponentes, era cosa de tiempo para que fueran completamente derrotados.

Aun así… no daban señales de retroceder.

-[…]- Incluso Juppeta, fue capaz de ver la tenacidad de aquellas personas.

No hubo una sonrisa burlesca, ni un comentario sarcástico por parte de la fantasma, es más; su mirada tenía una pizca melancolía y mostraba ligeramente remordimiento.

Aún estaba atrapada pensando en el pasado.

Banette nace a causa del despecho, por el odio de ser abandonado a su suerte y al sentirse utilizado, engañado por aquel falso afecto que demostró su dueño por él.

Un ser humano no puede amar a un objeto, ellos lo sabían y aun así… caían ante las caricias de aquellos niños.

Juppeta nació por el odio, pero el motivo fue muy diferente a los demás de su especie. Ella sentía odio consigo misma al no poder protegerla, odio por cada humano que dejó a Nozomi a su suerte y ese odio aumentó más al ver que aquel legendario no hizo nada para aliviar el dolor de su dueña.

Ho-oH solamente observó con pesar como aquella niña era consumida por las llamas, para luego encarar a lo que en antaño era Juppeta.

Fue el único testigo de ver como todo ese odio se convertía en energía.

¿Había nacido con el propósito de protegerla o para vengarla?

No lo recordaba realmente, pero al final no importaba ¿Verdad?

-[Tardé demasiado para salvarte… el vengarte no cambió nada].- El dolor y la rabia seguía ahí, no disminuyó al acabar con la mitad de los habitantes de Ciudad Iris, hasta que el protector de la ciudad casi acaba con ella, obligándola a huir hasta lo más profundo de Johto.

El monte plateado.

Los días se convirtieron en semanas, meses y años.

En ese tiempo desarrolló la necesidad de luchar, comer y dormir; también otras emociones aparte del odio.

Y sin darse cuenta, comenzó a sentirse atraída por tales emociones.

El miedo, el pánico, el odio, el arrepentimiento, la envidia, la culpa, todas estas y más, eran música para Juppeta.

Si alguien no las tenía… ella obligaba a sentirlas.

Juppeta sentía que era karma en su estado más puro.

Ahora los humanos sufrían lo mismo que su especie y las que muchas otras han sufrido a causa de ellos.

Ash no era la excepción… el chico tenía un objetivo “heroico”, pero más que nada por obligación, por querer remediar lo que causó su propia incompetencia.

De haber ganado aquella batalla con Lysandre… ¿Ash hubiera cambiado?

No.

Juppeta sabía que no lo hubiera hecho.

-[Un paso adelante, dos para atrás… eso te resume Ashy].- Negó con la cabeza, recordar el pasado hizo que su pecho ardiera… casi tanto como el fuego que consumió todo en aquel día.- [Y pensar que te estaba viendo como un oponente digno… Jeh ¿En qué estaba pensando? ¿Tanto me afectó estar encerrada?]

El tono sin emociones del inicio fue reemplazado por uno molesto, al menos hasta la última pregunta donde pasó a ser una voz quebrada, temerosa… debilitada.

Su rostro se elevó, como si tratara de encarar al propio cielo con aquella mirada llena de resentimiento.

-[No creas que he olvidado esa humillación, vivirás, pero lo harás hasta que yo decida matarte].- Su objetivo era fortalecerse y asegurarse de que el azabache la tuviera difícil, ya sea con Giovanni, Silver o ambos.- [¿Oponente? ¡Jah, solo eres una de las tantas marionetas que he obtenido en estos años!]

Lo exclamó al cielo, sin importarle si llegaba a captar la atención de los rocket, es más… ¡Sería perfecto para ella!

-[Todos los juguetes se rompen… tu no serás la excepción].- Sus ojos rojos brillaron con el mismo resplandor que demostró en el monte plateado, debía recuperar el trono que le fue arrebatado al ser derrotada por el azabache.

Era la más fuerte de aquella zona, ahora solamente le quedaba recuperar su lugar.

-[Comencemos].- Abrió sus brazos, comenzando a reunir energía en ambas garras para lanzar su movimiento más poderoso.- [Para suerte de ustedes, estas bolas sombras son insignificantes ya que solamente quiero captar su atención].

Aunque no le sorprendería que con una de ellas acabara con un pokémon del bando de los rocket.

Sin embargo unas fuertes y frías ráfagas de aire llamaron su atención, sorprendida porque incluso a esta distancia pudo sentir el cambio tan drástico en la temperatura de la ciudad.

-[¿¡Qué mierda!?]- Pero lo que realmente sorprendió a Juppeta fue ver como edificios y casas fueron congelados en cierta parte de la ciudad.- [En tan solo unos instantes alguien ha creado una ventisca tan devastadora… que poder].

Quizás aquella fuerza podría rivalizar con la de Juppeta.

No, era superior.

¿Quién era el recién llegado?

Quizás el movimiento de Juppeta tendría que esperar un poco más.

-o-

Los miembros del equipo rocket no tardaron en acorralar a la policía.

El capitán del primer pelotón acabó con cada uno de sus oponentes, todo gracias al gran poder de su pokémon.

Hypno.

La energía psíquica cubrió a los oficiales, impidiendo que estos realizaran cualquier tipo de movimiento.

No hubo tiempo para sacar su arma o a uno de sus pokémon.

-¡Qué esto sea una lección para toda la ciudad!- Exclamó con gran voz el líder del escuadrón, captando la atención de los pocos entrenadores que trataban de hacerle frente a sus hombres.- ¡Esto le sucede a quienes se opongan al equipo rocket!

Tras esas palabras, el pokémon psíquico extendió su mano derecha y el grupo de policías se estrelló con brutalidad contra el establecimiento.

Pocos lograron mantenerse conscientes ante aquel golpe.

Aun así, aquella escena había desmoralizado por completo a los habitantes de Ciudad Verde.

-(Fue más difícil de lo que pensé).- El líder del pelotón internamente se sorprendía de la rapidez con la que había actuado la policía, como si hubieran anticipado el movimiento del “fundador” de los rocket.- Será mejor que se rindan, mis hombres y yo no seremos tan amables desde ahora.

Los demás soldados de Giovanni captaron la señal, ordenando a sus pokémon atacar a los habitantes de la ciudad e ignorar completamente a los monstruos de bolsillo.

Con cada persona lastimada, la voluntad de los habitantes se debilitaba.

Tal como lo esperaba el equipo rocket.

Unos Raticate se lanzaban a gran velocidad contra un joven entrenador, este apenas lograba mantenerse en pie para asistir a su pokémon que combatía contra un Houndoom. Cuando notó a los roedores fue demasiado tarde para solicitar ayuda a su monstruo de bolsillo y tampoco tenía tiempo para poder esquivarlos.

La frustración y el miedo se reflejaban en su rostro, cerró los ojos preparándose para el golpe.

Pero este jamás llegó.

Rocas aparecieron de la nada, cayendo a gran velocidad dentro del rango de los roedores.

Algunos lograron reaccionar a tiempo, otros por el contrario recibieron de lleno el ataque tipo roca que los debilitó en el acto.

-Oh…- El capitán de aquel pelotón mostraba leve sorpresa al ver al pokémon luchador de pie.- No esperaba que siguieras consiente tras recibir el psíquico de Hypno.

Observó de reojo al dueño de ese pokémon, el oficial que trataba de levantarse a cualquier costo a pesar de que sus piernas no reaccionaban.

No entendía, el daño en su espalda y cadera había sido grave… el seguir esforzándose lo llevaría a una lección permanente.

Y aun así…

La mirada de aquel oficial era peligrosa, era un fuego que podía consumir el miedo y las dudas de los demás habitantes de la ciudad.

Y el líder de escuadrón no permitiría que aquello sucediera.- Hypno… psíquico.

El Machoke lastimado trató de neutralizar al pokémon hipnosis, utilizando nuevamente el único ataque en su arsenal que le permitía lastimar severamente a su contrincante.

Pero no solamente utilizó el movimiento avalancha para eso, su objetivo era atacar a todos los miembros del equipo rocket a la vez.

Tristemente… el esfuerzo de aquel tenaz pokémon fue en vano.

Las rocas se detuvieron en el aire, para después ser destruidas por el ataque psíquico de Hypno.

Mientras trascurría el breve intercambio entre esos dos pokémon, el capitán de los rocket sacó un arma de fuego y apuntó al policía.

Incluso ahora, este último no mostró señales de retroceder.

-Admirable…- Murmuró mientras apretaba el gatillo.- Pero tu valentía solo creará un recuerdo amargo a los espectadores.

-¡No lo hagas!- Exclamó aterrada una entrenadora, pero su grito no provocó ninguna emoción en el miembro del equipo rocket.

Quién no dudó en disparar.

BANG

Y justo en ese momento, fue cubierto por un campo de energía creado por Hypno.

-¿Qué hac…- Las palabras se perdieron en el aire, para ser precisos en la poderosa ventisca que cubrió aquella parte de la ciudad.

Gran parte de su pelotón, tanto soldados como pokémon fueron atrapados en “ataúdes de hielos”

Su pokémon temblaba, no por el cambio de temperatura sino por el esfuerzo que requería mantener la barrera protectora.

-Esta fuerza… esta velocidad.- Un sudor frío recurrió por su rostro al darse cuenta quién había llegado a proteger a la ciudad.- Solamente puede ser…

Cuando el poderoso ataque de hielo se detuvo, todos pudieron ver la sombra de la recién llegada.

Un cuerpo ardiente, pero una mirada igual de fría que el hielo que cubría a los miembros del equipo rocket.

-La miembro del alto mando de Kanto… Lorelei.- Tanto él como su pokémon tomaron distancia, debían salir del rango de alcance de la maestra de hielo.- ¡Hypno!

Hypno trató de mover su péndulo, pero este ya se encontraba congelado para sorpresa de ambos.

-Mier…- El capitán del pelotón solo pudo ver con frustración como el hielo se expandió por todo el cuerpo de su pokémon.- (Tendré que sacrificar al resto de mi equipo, me dará tiempo suficiente para informar a mis superiores).

Con un veloz movimiento de su mano derecha lanzó dos poké ball al campo de batalla, con su brazo izquierdo tomó su dispositivo de comunicación para dar a conocer su situación.

Solo bastó de dos segundos para que sus pokémon terminaran congelados, un segundo más para que tanto su poké-gear y su brazo izquierdo tuvieran el mismo destino.

El hielo siguió esparciéndose por su cuerpo, ya no había nada que pudiera hacer salvo mirar al causante de su derrota.

Un Cloyster.

-(Con que así se siente).- Fueron sus últimos pensamientos antes de que todo razonamiento acabara, había dado todo de sí y aun así fue totalmente derrotado.

Lorelei no articuló ninguna palabra, dando entender que aquellos tipos no la merecían… incluido el líder de escuadrón.

Su atención estaba dedicada a todos los habitantes de la ciudad que se mantenían conscientes.- ¿Sus pokémon pueden seguir combatiendo?

-Sí, pero no creo que pueda luchar por mucho tiempo.

-Los míos pueden seguir sin problemas.- Exclamó uno con su determinación resurgida tras la aparición de la hermosa mujer.- ¡Voy a cubrir su espalda señorita lorelei!

-Mis pokémon… no… no creo que vuelvan a luchar.

Lorelei le dio una breve mirada de simpatía a la última chica, pero ahora lo primordial era mantener a los civiles fuera de peligro.

-Todo aquel que no tenga como defenderse llevará a los inconscientes a la zona Este de la ciudad.- Su voz era firme, dando entender que no aceptaría interrupciones.- Se encontrarán con un pelotón de soldados que los mantendrá a salvo.

-¿Qué haremos los demás?- Para sorpresa de los civiles, el oficial había logrado levantarse con la ayuda de su pokémon.

No… ambos se apoyaban en el otro para seguir en pie.

Lorelei les dedicó una pequeña sonrisa a ambos y con un tono gentil respondió.- Van a cubrirlos, es probable que se encuentren con algunos rocket en el camino.

El oficial asintió al igual que su Machoke, los demás no tardaron en imitar aquel gesto.

-¿Qué hará usted?

-Creo que no es necesario responder aquella pregunta.- La mirada de la bella mujer volvió a endurecerse al percatarse que otro pelotón enemigo se dirigía a su ubicación.- ¡Váyanse ahora!

No hubo quejas, el grupo obedeció de inmediato la orden de Lorelei al percatarse del cambio brusco en su tono de voz. No voltearon en ningún momento, había confianza ciega a las habilidades de la maestra pokémon y a paso veloz se alejaron del lugar.

Lorelei estaba satisfecha con la respuesta de los civiles, pero eso no significaría que iba a relajarse… mucho menos con todo lo que estaba en juego.

-(La temperatura está aumentando).- Un entrenador novato hubiera levantado la vista para confirmar el uso del movimiento climático, creando una apertura perfecta para su oponente; en cambio una experta como Lorelei mantuvo su atención a su alrededor, tratando de descifrar desde que ángulo vendría el ataque de fuego.- (Por descarte y lógica, hay un solo movimiento de fuego que les serviría para crear una apertura, podríamos superarles en fuerza bruta, pero lo primordial es asegurar la seguridad de los civiles).

Intercambió la mirada con su pokémon, quién no tardó en captar lo que su entrenadora trataba de decirle.

Se aproximaba un ataque frontal, siendo más precisos… atacarían con el movimiento onda ígnea.

Incluso con el aumento que otorgaba día soleado, Cloyster estaba seguro de superar el ataque de fuego con su ataque más poderoso, pero los civiles seguían estando en el rango de alcance de este nuevo escuadrón; lo más importante era proteger a los habitantes de la ciudad y por ende, debían seguirle el juego a los rocket.

Engañarlos y hacerles pensar que habían creado una apertura para atacarles.

Aunque estaba segura que se centrarían en su entrenadora en lugar de ella, pero aquello no importaba… Cloyster no les daría el tiempo para realizar su ataque.

-Aquí viene…- Luego de que Lorelei hablara, la temperatura aumentó drásticamente gracias a la poderosa ráfaga de fuego que se dirigía a ellos.- ¡Cloyster, ventisca!

Ambos ataques impactaron contra el otro, al tener una potencia similar se neutralizaron, crearon así  una cortina de vapor que cubrió tanto a Cloyster como a su entrenadora.

Incluso si todo el vapor les impedía ver, se guiaron por el sonido para descifrar la ubicación de sus oponentes.

En poco tiempo se encontraron rodeados, pero aquello no preocupaba a Lorelei.

Todo iba tal como se lo había imaginado.

-(Como era de esperarse, decidieron enfocarse en mí).- Había asegurado el escape de aquellas personas, pero eso no aseguraba el bienestar de estas en lo que restaba de camino.- (El resto dependerá de ellos mismos).

Ahora mismo Lorelei debía despejar el camino para otro pelotón enfocado a la búsqueda y rescate de civiles, al mismo tiempo que su Dewgong eliminaba las toxinas que estaban en el aire con el único objetivo de debilitar a todo aquel que no pertenecía al equipo rocket.

Y de tener suerte, Lorelei captaría la atención de todos los hombres de Giovanni que se encontraban en la ciudad.

Incluso los miembros de élite.

-(Ahora… solo queda esperar que muerdan la carnada).- Por puro instinto, Lorelei retrocedió rápidamente de un salto, saliendo ilesa del ataque de un Sableye, que se abalanzó sobre ella de un segundo a otro.

Esta acción hizo que el rostro de la entrenadora mostrara asombro por unos instantes, para luego recuperar su mirada serena y centrarse completamente a su entorno.

El ataque del pokémon fantasma y siniestro no pasó desapercibido por Cloyster, quién no tardó en responder con un poderoso chorro de agua, la potencia de la hidrobomba fue tan grande que noqueó de un segundo a otro a ese Sableye.

Cuando el cuerpo de este pokémon cayó el suelo, Lorelei notó como otro pokémon intentó atacarle, pero fue interceptado rápidamente por Cloyster.

-(Hay que darles crédito, saben que es imposible derrotar a mis pokémon… tratan de ganar eliminándome del juego).- Pero lo que realmente sorprendía a Lorelei, era que ni su pokémon o ella habían lograron detectar a los pokémon fantasma, quienes destacan por la inquietante aura que emiten inconscientemente.- (Han sido entrenados de una manera excelente, quién sea que lo haya hecho, ha realizado un trabajo increíble eliminando una característica tan primaria en los pokémon fantasma).

Lorelei conocía a dos entrenadores capaces de realizar tal hazaña; el líder de gimnasio de Ciudad Iris en Johto y su compañera Agatha.

-¡!- Su análisis fue interrumpido cuando una enorme mano agarró su pierna izquierda, no tardó en manifestarse el causante, un Haunter que llevaba una escalofriante sonrisa además de un peculiar brillo en sus inquietantes ojos.- ¡Cloyster!

La otra mano se manifestó agarrando con brutalidad el brazo derecho de Lorelei, aunque el agarre no duró mucho, ya que su pokémon se encargó de apartar al fantasma con una hidrobomba que lo obligó a retroceder.

-(Pokémon fantasma y de fuego, algo inusual para los soldados ordinarios de Giovanni).- Inconscientemente Loreleí comenzó a frotar su brazo lastimado, unos segundos más y ese Haunter hubiera hecho un daño permanente en su cuerpo.- (No estoy ante un pelotón del montón, no están pecando de prepotentes o realizando movimientos innecesarios).

Lo mejor sería acabar esto rápidamente, aquel grupo parecía estar preparado especialmente para enfrentarla.

-¡Cloyster, carámbano ahora!

El vapor comenzaba a desaparecer, aun así seguía limitando la visión de ambos bandos, pero esto dejó de importar cuando Cloyster realizó su movimiento característico.

Lanzó un potente rayo de energía hacia el cielo, creando una lluvia con trozos de hielo, que tenían como objetivo atravesar a cada miembro del equipo rocket.

Lorelei podía oír con claridad los quejidos y gritos de sus oponentes, permitiéndose sonreír levemente mientras esquivaba con elegancia cada carámbano que caía en su ubicación.

Conocía perfectamente el movimiento de su pokémon, sabía la velocidad y en qué lugar impactaría cada trozo de hielo.

La sincronía que tenía con su pokémon era aterradora.

El vapor desapareció por completo, dando a conocer el grupo compuesto por cuatro hombres y dos mujeres, cada uno de ellos se encontraba inconsciente al igual que sus pokémon.

-(Agatha… ¿Has estado entrenando al equipo rocket?)- Su mirada se enfocó en el moretón de su brazo, trató de percibir algo fuera de lo común, pero no encontró ninguna pizca de energía en aquella herida.- (Sé que existía la posibilidad que estuvieras del lado de Giovanni, pero no esperaba que estuvieras tan comprometida en asegurar la victoria de este).

Frunció el ceño, su pokémon no tardó en percatarse de la molestia que sentía en ese momento.

Todo parecía que tendrían que enfrentarse a la anciana.

-(Es imposible que haya abandonado la ciudad en tan poco tiempo).- Debía ser precavida, un movimiento en falso y sería una presa fácil para la maestra de pokémon fantasmas.- (Agatha, las tres bestias, Giovanni y su hijo… esto no pinta nada bien).

-o-

-El sector norte se encuentra “invadido” por el hielo, repito, el sector norte se encuentra invadido por el hielo.

-¡Escuadrón 5, 8 y 10 se les ordena a crear tiempo contra la amenaza!

-¡Recibido, haremos lo que podamos para frenarla!

-¿Algún pelotón ha podido adentrarse a la ruta 1?

-Negativo, la llegada de la “invasora” y del ejército ha neutralizado nuestros movimientos.

-Necesitamos escuadrones compuestos por tenientes, repito, necesitamos…

-¿Comandante? ¿¡Comandante!?

-Vaya… no esperaba un movimiento tan arriesgado por parte de Lance.- Giovanni acarició a su fiel felino con un rostro sereno, dando a entender a su pokémon que no era afectado por estas pérdidas.- Aunque a su vez fue bastante inteligente, nadie esperaría que la primera barrera a vencer fuera una elite de la región.

Uno de sus sirvientes trajo otra copa de vino en una bandeja de plata, tras una reverencia había abandonado la habitación.

Giovanni contactó con el mercenario de la organización, darles tanta libertad a los habitantes de Pueblo Paleta podría ser fatal para su movimiento.- Hisao… ¿Cómo va la situación en Isla Canela?

-Blaine es un oponente feroz, ha logrado derrotar a más de un pelotón solamente con Magmortar y  su Rhydon.

-Vaya, no esperaba que aquel anciano mantuviera su habilidad.- Aun así no parecía sorprendido, con tan pocos retadores, el líder de gimnasio se enfocó completamente en seguir puliendo sus habilidades.- (Aunque no pudo haber mejorado tanto sin enfrentar a otros entrenadores, un entrenamiento ordinario tiene sus límites).

El mismo era el ejemplo de esto al no entrenar con la misma constancia que en su pasado, pero se mantenía en forma gracias a los enfrentamientos que tenía contra sus seguidores más cercanos.

Sobre todo con su fiel Atenea.

-¿Se requiere de tu participación?

-Para nada, Blaine causará varias bajas en la organización, pero al final del día serán tus hombres quienes se harán con la victoria.

Esto complació al hombre de negocios, gran parte de sus hombres eran enclenques y Giovanni quería deshacerse de todos estos.

Una de las razones de su movimiento tan arriesgado era esto, quienes lograran sobrevivir, escapar o vencer a sus adversarios tendrían el derecho de permanecer en su organización.

Esta vez se centraría en darles una buena formación, prepararlos para todo tipo de combates.

Se convertirían en la organización más poderosa del país.

No… quizás del mundo.

Y por eso, Giovanni decidió preguntar.- ¿Alguien ha sobresalido?

-Un comandante, le está dando varios problemas al líder de gimnasio… además de su pelotón que han derrotado a varios oficiales.

-Ya veo ¿Qué opinas tú?

-Un pelotón con potencial, si llegan a perder es imposible que el resto de soldados se hagan con la victoria.

-Oh… bueno, sería una lástima que ocurriera eso ¿No lo crees?

-Entiendo, les daré algo de ayuda extra de ser necesario.

-No te emociones, tu prioridad sigue siendo Pueblo Paleta.

-Recibido.

Tras eso se dio por finalizada la comunicación y Giovanni bebió un poco de su copa.- Agatha y Katherine tendrán que lidiar con Lorelei junto a las fuerzas armadas respectivamente.

Agregando a su hijo, era cosa de tiempo que la chica y su pelotón se adentraran a la ruta 1.

Y aun así, Giovanni se sentía ansioso.

-Dios… tendré que unirme antes de lo esperado.- De su escritorio sacó un maletín, del cual sacó seis “ultra ball” que pertenecían a los últimos pokémon que había estado entrenando.- Ustedes seis será mejor que no me decepcionen, yo no le permito a mis juguetes una segunda oportunidad.

Las seis esferas se abrieron, los monstruos de bolsillo desaparecieron de un segundo a otro con solo un objetivo en mente.

Pueblo Paleta.

-o-

Nos encontramos en lo más profundo de Pueblo Paleta, una zona algo abandonada por la sociedad y que vinculaba hacia la ruta 21 la cual, llevaba a la famosa Isla Canela; pero para abrirse paso por esta zona se requería de un vehículo marino o un pokémon acuático.

Lo que nos lleva a este pequeño grupo compuesto por monstruos de bolsillo del tipo agua.

-Bueno jóvenes, ya escucharon a nuestro entrenador ¡Estoy a cargo!

-Pienso que fue una pésima decisión.- Buizel no parecía afectado por la mirada molesta de su compañero y continuó.- Pienso que el líder debería ser sensato, algo que ustedes dos no tienen.

Totodile estaba confundido ante ese término, pero no pudo aclarar sus dudas porque Wartortle se le adelantó.- Veo que tu ego te impide ver lo obvio “nutria-san”, pero no te preocupes ¡Tu superior te dará una clase de humildad!

Buizel frunció el ceño ante su nuevo apodo y por las últimas palabras del inicial de Kanto.- (¡Como se atreve!).

-Te lo mostraré al ser el primero en llegar.- Exclamó con confianza el primer pokémon tipo agua del azabache.- Quizás cuando llegues ya habré acabado con todos los rocket por mi cuenta.

Totodile mirada divertido la reacción de Buizel, que no tardo en posicionarse al lado de Wartortle.- Dudo que una tortuga pueda superarme, te haré comer algas.

El pequeño reptil fue contagiado por la competitividad de ambos y entre saltos se acercó a sus compañeros.- ¡El ganador será el líder del equipo!

-¡Hecho!- Exclamaron ambos pokémon y tras la cuenta regresiva los tres saltaron al mar.

Desde el aire Staraptor los seguía con un rostro molesto, sentía que Ash lo había dejado a cargo de un grupo de niños que no estaban al tanto de la situación.

-Te noto irritado.- A su lado llegó su compañero de la región de Sinnoh Gliscor, quién observaba con una sonrisa a los pokémon que competían en el agua.- Verlos así, me hace relajarme un poco.

-¿Sí?

-Sí, me hace sentir que estos combates no son tan diferentes a los que hemos tenido en el pasado.

-Pero aquello no es más que una ilusión.

-También lo sé, pero… me ayuda a no estar tan inquieto.- Para Staraptor aquello no era algo nuevo, Gliscor siempre había tenido problemas con su confianza y con ello, era incapaz de poder sacarle todo el provecho a su potencial.- Este sentimiento es bastante estremecedor.

La calma antes de la tormenta.

Staraptor se quedó en silencio por un momento antes de responderle.- En eso estoy de acuerdo… supongo que cada uno de nosotros lo enfrenta de manera distinta, pero al llegar a Isla Canela no habrá tiempo para dudar ¿Lo sabes no?

-Claro que lo sé, estoy consciente de ello.- Le dio la última mirada al ave de Sinnoh y con una pequeña sonrisa añadió.- No pienso defraudar a Ash ni a ninguno de ustedes.

Staraptor no puedo evitar alegrarse ante esa respuesta.

PAAAM

Se sobresaltaron al ver como un Gyarados sumergió del mar e intentó atacar a los tres pokémon acuáticos, quienes por su tamaño y velocidad esquivaron sin problemas el rayo de energía que había disparado la serpiente marina.

Totodile, Buizel y Wartortle rodearon a Gyarados, para luego atacar al mismo tiempo con un chorro de agua.

-¡Groaaaaaaaaaaaargh!- Aquellos ataques solamente molestaron a la serpiente marina, que no tardó en atacar con su cola, inquietando así las tranquilas aguas de la ruta 21.

Staraptor frunció el ceño, pero antes que lograra articular alguna palabra su compañero, este último creo pequeñas pero filosas rocas a su alrededor y de un segundo a otro todas salieron disparadas hacia Gyarados.

Wartortle notó el gran daño que había causado el ataque de Gliscor y con una sonrisa exclamó.- ¡Chicos, les encargo estos sujetos! ¡Ustedes dos, sigamos adelante!

Al ver que nuevamente el trío de agua se alejaba, Staraptor quedó confundido ante el término en plural que había utilizado Wartortle.- ¿Estos?

De un momento a otro se manifestaron varios pokémon de agua, incluso otros voladores que consistían en Golbat, Fearow y Honchkrow.

Algunos pokémon acuáticos trataron de frenar a Wartortle y a los otros dos, pero rápidamente la tortuga neutralizaba sus ataques conectando un fuerte golpe con su cola.

Para que luego Totodile o Buizel acaben el trabajo atacando con garras dragón y puño hielo respectivamente. 

Staraptor no perdió tiempo y se lanzó a gran velocidad ante los pokémon que yacían congelados por causa de Buizel.

PAAAM

PAAAM

PAAAM

Destruyó cada uno de ellos con su ataque más poderoso, pájaro osado.

Gliscor se centró en los enemigos voladores, varios de aquellos caían ante la variante que había desarrollado del movimiento roca afilada, y quienes llegaban a él caían rápidamente ante un colmillo ígneo o su puya nociva.

Staraptor se abría paso entre el hiperrayo del agotado Gyarados, para luego conectar consecutivos ataque impulsándose con ataque rápido hasta que logró debilitar a la serpiente marina.

Rápidamente tomó distancia elevándose por los aires, pudo ver como sus compañeros ya se habían adentrado en lo más profundo de la ruta y por un momento pensó en desearles suerte, pero al final llegó a la conclusión de que no la necesitarían.

Después de todo… ¡Él estaría con ellos!

-¡Gliscor, términos rápido con estos enclenques!

Cuenta con ello!

-o-

Un Graveler fue arrastrado por la enorme llamarada que había lanzado Magmortar, lentamente la estrella de fuego ganaba terreno hasta devorar por completo al pokémon roca.

El grito del pokémon fue opacado por la explosión que causó el ataque.

BOOOM

Blaine tomó distancia prediciendo el ataque del pokémon del comandante y a su vez, lanzaba a un nuevo pokémon al combate para debilitar a esos molestos Electabuzz.

Su Camerupt realizó un excelente trabajo con su movimiento tierra viva.

Aun así…

PAAAM

No importaba cuantas lanchas, botes o barcos inundara Rhydon…

BOOOM

Ni todos los pokémon que fueran consumidos por las llamas de Magmortar, al final la victoria seguía siendo algo inalcanzable para Blaine.

-Dios…- La energía abandonaba sus piernas, tuvo que correr lo más rápido del lugar para no ser alcanzado por los tentáculos de aquel Tentacruel.- Si esto sigue así…

-Supongo que ya te diste cuenta.- Por su tono, era obvio que disfrutaba de ver al anciano tan frustrado luego de todos los problemas que le había causado.- Tira lo toalla Blaine, ya no hay mucho que puedas hacer.

El anciano se mantuvo en silencio por unos segundos, fugazmente observó a sus pokémon combatir y aun se veían capaces de luchar durante horas, aquello le causaba una leve sensación de alivio, pero esto no solucionaba su situación y al contrario de sus compañeros, Blaine respiraba con dificultad, sus piernas temblaban y su vestimenta era un desastre.

No duraría mucho.

-¿Nada que pueda hacer? Joven vándalo, creo que olvidas mi objetivo principal.

-¿Oh?

-Mantener a mi gente a salvo.- Reunió una gran cantidad de aire para luego soltar un pesado suspiro.- Desde mi punto de vista, yo llevo la ventaja.

El comandante frunció el ceño, levemente molesto por aquella motivación tan “honorable” por parte del anciano.

No, para aquel soldado aquello era una ridiculez.

-No hay forma de que abandonen la isla sin que lo sepamos, tampoco pueden escapar eternamente… tú lucha ha sido inútil desde el principio.

Con aquella declaración se había reanudado la batalla contra el líder de gimnasio, el clima soleado no duraría más de un minuto y aquello le quitaría la única ventaja que tenía Blaine a su favor.

O eso creían los rocket.

Tentacruel se enfocó en Magmortar, era el pokémon más peligroso y utilizando cada uno de sus tentáculos incapacitó al poderoso monstruo de fuego. La gran velocidad del tipo agua aseguraría conectar más de un golpe y aparte, cada tentáculo fue cubierto por un delgado pero peligroso veneno.

PAAAM

PAAAM

PAAAM

Sin embargo, por cada golpe que conectaba el pokémon medusa parecía estremecerse levemente debido a las altas temperaturas que alcanzaba el cuerpo de Magmortar.

PAAAM

Poco a poco, los ataques eran más débiles debido a las quemaduras y Magmortar pudo superar el malestar que sentía por el veneno, logrando así contratacar con una esfera de energía eléctrica.

BOOOM

Ambos entrenadores aprovecharon aquel momento para acercarse a sus respectivos pokémon y curarles de todo daño causado en la batalla.

-Tks… (Su pokémon es igual de terco que él).- La mirada del comandante se elevó al cielo, los rayos del sol perdieron fuerza y rápidamente la isla volvió a su temperatura inicial, pero aquello realmente no llamó su atención, sino aquellas rocas cubiertas de fuego que descendían a gran velocidad por todo el lugar.- Tentacruel prepárate.

-¡Mierda, bajamos la guardia!

-Ese ataque…

-¡Es estallido!

 La mayoría de los hombres de Giovanni fueron alcanzados por aquel devastador ataque de Camerupt, tanto pokémon como humanos terminaron cayendo inconscientes e incluso hubo algunos que perdieron la vida tras ser impactados por aquellos meteoritos.

Por otra parte, Tentacruel destruía en un abrir y cerrar de ojos toda roca bañada en fuego que se dirigía a él, a su entrenador e incluso a los soldados cercanos a su posición.

-¡No pierdan el tiempo, arrojen a sus pokémon restantes a combatir!

-S… ¡Sí Adlai!

-¡Rápido, necesito de alguien que posea danza lluvia, pantalla luz y velo sagrado!

Blaine y un oculto Hisao estaban impresionados por la rápida adaptación del joven comandante, en el transcurso de la batalla, ya se había percatado de los puntos fuertes del equipo del líder de gimnasio y ya planeaba como reducirlos a un estado insignificante.

-(Vaya… al final no se necesitará de mi intervención).- El ex ninja del clan Fucsia se había percatado que su “colega” aseguró el bienestar de los hombres que llevaban pokémon con aquellas características específicas.- (Ha investigado bien a sus hombres y sabe cuándo necesita protegerlos o utilizarlos como carnada, jeh… quién diría que me encontraría con un tipo tan prometedor).

Blaine sonrió con pesar, este mocoso cada vez lo presionaba más y más.- Es una lástima que desperdicies tu talento en servir a un sujeto como Giovanni.

El joven comandante se deshizo del gorro que llevaba, relevando una corta ménela castaña que hacia juego con sus ojos del mismo color.

-¡Hump! Dices eso cuando fuiste incapaz de incitar a los jóvenes de esta maldita isla para que se convitieran en entrenadores.- Aquello desconcertó por un instante al líder de gimnasio, pero el joven no le dio tiempo para asimilar esas palabras.- Nos diste la espalda durante años.

¿Nos?

-Tú…

-No solo yo… ¡La mayoría con los que estás luchando crecieron en este inmundo lugar!

-¡!

-¡Tentacruel, surf ahora! 

-o-

Mientras más se aproximaban a la isla, más sencillo fue para ellos imaginarse el caos que estaba sucediendo.

Las oscuras nubes que cubrían la isla solamente enfatizaban aquello.

Wartortle frunció el ceño, abandonando por completo todo rastro de diversión en su rostro, la lluvia les daría una leve ventaja en combate, pero aquello dejó de importarle al percatarse de la gran ola que se estaba formando.

-(Blaine es fuerte, puede resistir algo como eso).- Aun recordaba aquella aplastante derrota ante el Ninetales del entrenador de fuego, ni siquiera era uno de sus pokémon más poderosos y bastó de un solo ataque para derribarlo.- (Pero no resistirá por mucho).

No estaba preocupado por los civiles, ya conocía como funcionaba el protocolo frente a este tipo de amenazas, no por nada ha estado sirviendo como bombero y cooperando con la policía durante años.

El líder de gimnasio debe asegurar el escape de los civiles y la justicia local se encargaría de cubrirlos.

-¡Buizel!- Podía apostar que aquello ya se había logrado, ahora solamente debían llegar antes de encontrarse con el cuerpo sin vida del anciano.- ¿Podrás resistir hasta nuestra llegada?

Totodile estaba confundido ante esa pregunta, hasta que recordó la habilidad del pokémon de Sinnoh.

Sin percatarse de esto último, Wartortle volvió a preguntar con un tono algo grave.- Buizel ¿Puedes asegurar el bienestar del viejo?

-Que dudes me ofende.- De un segundo a otro el pokémon nutria salió disparado como si de un proyectil se tratase.- (Haré todo lo posible, pero sin ustedes solamente retrasaré lo inevitable).

La destrucción de Isla Canela.

Tras un minuto perdieron de vista a Buizel, en silencio Wartortle le deseo suerte, esperando que el tiempo y la suerte estuviera de su lado en esta ocasión.

-¡Toto, nademos como si nuestras vidas dependieran de aquello!

-¡Oki doki!

-o-

La ola creada por Tentacruel había devorado gran parte de la isla, acabando así con los últimos puestos que quedaban de pie en el lugar.

No solamente hubo bajas estructurales, no se necesitaba ser un genio para llegar a tan trágica conclusión.

Los rocket estaban ilesos, cada uno fue protegido por su respectivo pokémon utilizando el movimiento protección, mientras que el comandante de aquel pelotón Adlai, nuevamente estaba sentado en la cabeza de su gran Tentacruel.

-Vaya, he de admitir que este es el segundo Rhydon que veo moverse tan rápido… aunque claro, sigue sin igualar a los del señor Giovanni.

Observó a su alrededor, notando los restos de rocas que habían quedado del desesperado intento del pokémon roca para proteger a su entrenador y a cada uno de sus colegas.

Bajó de su pokémon y a paso lento se dirigió hacia el debilitado Blaine, este apenas se encontraba consciente y su mirada solamente estaba enfocada en su debilitado Rhydon que recibió la mayoría del impacto.

Su cabeza daba vueltas, aun asimilando todo lo que había pasado en tan solo unos segundos.

-(Si no fuera por Rhydon seguramente…)

Su visión era borrosa, aun así se esforzó para identificar a sus pokémon, solamente para encontrarse con su Camerupt debilitado y a su fiel Magmortar levantándose con dificultad.

Este último no era ajeno al estado de su entrenador, realmente se encontraba lastimado y tampoco era ajeno a los pokémon que apuntaban contra Blaine… un movimiento en falso y el anciano sufriría las consecuencias.

-Veo que tu pokémon es razonable.- Adlai sonrío un poco y no negaría que se divertía al ver al anciano en aquel estado tan lamentable.- ¿Por qué tu no?

-Grrrr…

-¿Qué pasa viejo? ¿Acaso te mordiste la lengua por el dolor?

Blaine en silencio se disculpaba con sus pokémon, especialmente con Rhydon que hizo todo lo posible para asegurar la sobrevivencia de su equipo.- (Lo siento Rhydon, Camperupt, Magmortar… todos ustedes están sufriendo por culpa de mi incompetencia).

Las palabras de aquel castaño seguían repitiéndose dentro de Blaine, cada uno de estos jóvenes a los que enfrentó… habían sido parte de aquellos entrenadores que les había dado la espalda durante décadas.

¿Enserio había sido incapaz de notar algo tan obvio?

No había querido verlo, eso era todo… había permitido que el comercio se apoderara de la isla, alejando todo contacto con los combates a cada habitante del lugar.

No había un lugar donde enfrentarse con pokémon salvajes… ni con otros entrenadores, todo entrenador novato debía abandonar la isla, solamente para terminar siendo derrotado por su falta de experiencia en combates reales.

-(¿Cómo pude equivocarme tanto?)- Blaine dirigió su atención al joven que lo había derrotado, en otras circunstancias, de no ser por su incompetencia y orgullos, aquel  muchacho podría ser un discípulo de su ya inexistente gimnasio.- (Incluso ahora… ayudé indirectamente a Giovanni con mis acciones).

Quizás todo esto era algo que se merecía.

Adlai lanzó otros de sus pokémon, un Marowak que no tardó en apuntar al anciano con su hueso.- Este resultado era inevitable así que… ¿Por qué alargarlo?- Aquel comandante se arrodilló cerca del líder de gimnasio.- No hay porque causar daño innecesario abuelo, el señor Giovanni te aceptaría gustoso en sus filas… podrías recompensarnos, entrenarnos y darnos la atención que tanto añorábamos en nuestra infancia.

-¡!

Con su conocimiento y poder, Blaine sería una pieza importante en la organización de Giovanni, en el pasado aquel viejo adicto a los acertijos era un gran investigador que colaboró con grandes mentes como lo eran Oak y Fuji.

Seguramente conocía datos muy importantes sobre ciertas criaturas.

Y una de ellas, podría ser la criatura que tanto añoraba Giovanni.

Mew.

La fuerza y los pokémon de Blaine era algo extra para el maestro del tipo tierra.

-¿Qué dices Blaine?- Esta vez dejaría las bromas a un lado, la verdad quisiera volverse a enfrentar al anciano en condiciones iguales y eso podría hacerlo dentro de la organización.- Tus pokémon y nuestros vecinos no tendrán que sufrir por tu terquedad, además… seguirías viviendo por algunos años más, no quieres morir en este lugar ¿Verdad?

Se quedó en silencio por un momento, esperando que el anciano se recuperara del golpe que había recibido y solamente se enfocó en el rostro lleno de dolor de Blaine.

-Se razonable anciano… no hay otra manera de sobrevivir.

La lluvia los cubrió a ambos, Magmortar intentó ir por su entrenador, pero en un abrir y cerrar de ojos fue rodeado por el resto de pokémon que servían al equipo rocket.

-El tiempo se acabó… ¿Qué dices Blaine?

El anciano no dejaba de jadear, por un momento pensó en aceptar la oferta ya que el resto no debía sufrir por sus errores.

Pero… ¿Valía la pena vivir así?

Aceptar la oferta de Giovanni solamente añadiría otro fracaso a su vida.

Ya estaba viejo para seguir cometiendo tales errores, pero por otra parte… Ya les había fallado a todos estos jóvenes ¿No?

Esta vez iba enseñarles algo, era su responsabilidad como el único maestro pokémon de la isla.

Su mirada se dirigió esta vez a sus preciados camaradas, quienes lo acompañaron por varias décadas y trató de trasmitir todo el amor que sentía por ellos.

Pero una mirada no sería suficiente y tampoco disponía del tiempo para utilizar las palabras.

-Fue un honor ser su entrenador.- Comentó el anciano, dando entender que había aceptado su destino y con una débil sonrisa terminó de decir.- Por favor, continúen protegiendo la isla en mi ausencia.

-¡!- Tanto los pokémon de Blaine como el propio comandante abrieron los ojos como platos ante esa respuesta.- ¡Viejo no seas necio!

-Ya… tomé mi decisión.- Cerró los ojos esperando su final.- Quizás caiga, quizás les parezca absurdo que prefiera la muerte, pero… ¿Realmente creen que vivir con miedo es vivir? ¿Enserio creen que vale la pena su seguridad sacrificando su libertad?- Su visión seguía siendo borrosa, pero podía notar la mirada molesta del joven comandante.- Eso… no es vida…

-Hablas como si supieras como vivimos, curioso de alguien que fue incapaz de captar si quedaban entrenadores a su alrededor.- Adlai no vio razón para seguir escuchando al anciano, el mejor que nadie sabía que la incompetencia de Blaine no justificaba que terminaran sirviendo a Giovanni.- Al final… fue nuestra propia decisión seguir a ese hombre, tu ausencia solamente facilito las cosas ¡Marowak acabalo!

El agarre a su arma se fortaleció y de un segundo a otro, Marowak lanzó un devastador golpe hacia la cabeza del líder de gimnasio.

PAAAM

-¡!

-¿Qué?

Marowak lo único que había destruido fue el terreno, levantando una gran cantidad de polvo que obligó a su entrenador cubrir sus ojos.

-¿¡Dónde está Blaine!?- Preguntó alarmado uno de los rocket mientras trataba de localizar al anciano, hasta que logró notar a cierto pokémon anaranjado que cargaba al anciano sin ningún problema.- ¿¡Un buizel!?

El pokémon mencionado lo ignoró por completo y con bastante delicadeza dejó al anciano cerca de aquel Magmortar que le daba una mirada llena de agradecimiento.

-De todo corazón te lo agradezco muchacho.

Buizel lo miró por un instante, notando el fuerte brillo en los ojos de aquel pokémon de fuego… como si realmente quisiera soltar unas lágrimas de gratitud.

Pero no tuvo mucho tiempo para pensar en eso, sus instintos le advirtieron y no tardó en brincar para esquivar el ataque.

-¿?- Buizel se percató de como aquel hueso cambiaba de dirección y nuevamente se dirigía hacia el.- (Huesomerang ¿He?)

Repelió el ataque con un chorro de agua, para su sorpresa tuvo que aplicar más potencia de lo que esperaba y eso no era muy buena señal.

-(Son fuertes, al menos los pokémon de ese tipo).- Al aterrizar no perdió tiempo y salió disparado hacia un sorprendido Marowak.

¿Cómo puede moverse tan rápido?

Fueron los pensamientos de algunos al ver como el pequeño pokémon acuático conectaba un puñetazo congelante en el rostro de Marowak.

PAAAM

PAAAM

Seguido de dos más que fueron suficientes para obligar a retroceder a su contrincante, Buizel no perdió tiempo e intentó terminar rápidamente el combate con su hidrobomba.

Pero los tentáculos de aquel Tentacruel lo obligaron a tomar distancia.

-Tks…

Adlai miraba analíticamente al recién llegado.- (Su gran velocidad se debe a su habilidad seguramente, aun así… un Buizel no puede llegar a ese nivel de reflejos por su cuenta).- No solamente era por sus instintos agudizados, su fuerza debía ser destacable para afectar a su Marowak.- (Si vino desde la ruta 21… debe pertenecer a ese chico que se enfrentó a ese bastardo de Silver).

Aquello era preocupante para aquel comandante, no cualquiera salía ileso de un combate contra Silver y menos en dos ocasiones.

-(Si vienen más pokémon como este Buizel, puede que terminemos en problemas).- Había toda clases de preguntas que crecían en su cabeza, sin embargo había prioridades y debía acabar con estos intrusos antes que lograran cambiar el resultado del combate.- Tentacruel… ¡Puya nociva!

Buizel no tardó en realizar su característico contra-escudo, girando a gran velocidad mientras lanzaba un chorro de agua que apartaba a cada tentáculo que lanzaba Tentacruel.

Tanto Blaine, como los soldados del equipo rocket quedaron levemente atrapados por aquel espectáculo.

Adlai maldijo al verse neutralizado tan fácilmente ante ese pequeño pokémon.- (Aun así, esa combinación no le serviría de nada contra un ataque que no puede ver).

El líder de gimnasio se enfocó a su alrededor, percatándose de que faltaba cierto pokémon de tipo tierra.

Su advertencia llego demasiado tarde para Buizel.

PAAAM

Desde bajo del pokémon nutria había sumergido un violento Marowak que no tardó en conectar un devastador golpe con su fiel hueso.

-¡Roaaaaaaaaaaaah!- Con un grito de batalla, logró lanzar a Buizel por los aires dejándolo completamente vulnerable ante los ataques consecutivos de Tentacruel.

-Magmortar… olvídate de mí y ayúdalo.- El pokémon de fuego no tardó en obedecer a su entrenador y creó rápidamente un rayo que se dirigió velozmente contra Tentacruel.- (La pantalla luz y el velo sagrado debieron perder su efecto hace mucho).

Tentacruel tuvo que neutralizar el ataque eléctrico con una bomba lodo, molesto por la intervención de Magmortar se preparaba para atacarle pero el grito de su entrenador lo detuvo.- ¡Enfócate simplemente en ese Buizel, deja que Marowak termine con Blaine!

Pronto lo que quedaba de sus hombres se unieron a la batalla, dificultando así las cosas para Magmortar mientras que su entrenador con dificultad comenzaba a ponerse de pie.

Buizel aterrizó sin problemas y tomó algo de distancia, sentía un leve ardor en su mentón y no pudo evitar dirigir una mirada molesta hacia sus contrincantes.- Tks… Bastardos.

Utilizando su ataque de prioridad aqua jet conectó varios golpes a los pokémon del equipo rocket, tanto estos como sus entrenadores intentaron dañarle, pero la velocidad abrumadora de Buizel lo convertía en un objetivo casi inalcanzable.

PAAAM

PAAAM

PAAAM

Nuevamente tomó distancia para no ser alcanzado por los tentáculos de Tentacruel, si hubiera reaccionado un segundo más tarde hubiera sido fatal para el pokémon de Ash.

Sin embargo…

-Grr.- De un momento a otro perdió el equilibrio, el golpe de Marowak le había afectado más de lo esperado y maldijo el haberse reincorporado tan rápido.- Mierda.

-¡Ahora Tentacruel!- Exclamó Adlai al percatarse de la situación de aquel pokémon.- ¡Utiliza surf ahora!

-No…- Murmuró Blaine casi sin esperanzas, si era golpeado nuevamente por una ola de ese calibre sería su fin.- Magmortar debemos incapacitarlo.

Lo que no se esperaba Blaine era que Marowak creara una avalancha, obligando tanto a Buizel como a su pokémon destruir las rocas que caían del cielo.

El pokémon nutria se maldecía, la lluvia estaba parando e incluso con aqua jet era poco probable que lo detuviera a tiempo.

SPLASH

Las enormes esferas rojas en la cabeza de Tentacruel comenzaron a brillar, provocando que de un momento a otro la marea comenzara agitarse, poco a poco se creaba una enorme ola que amenazaba con devorar gran parte de la isla.

SPLASH

-¡¡Drooooooooooooooooarh!!

Todos levantado la mirada hacia el cielo, notando como un Wartortle descendía a gran velocidad hacia un sorprendido Tentacruel.

PAAAM

La cola del inicial de Kanto se convirtió en un torbellino de agua, con el cual atacó a la gran medusa que no pude mantener su concentración, siendo incapaz de finalziar su devastador ataque.

Buizel sonrió con la llegada de su compañero.- Ya era hora que llegarás tortuga.

Wartortle le dedicó una pequeña sonrisa y exclamó.- Lo hiciste muy bien en nuestra ausencia.

Pronto Totodile aterrizó al lado de Buizel otorgándole una sonrisa amistosa.- ¡Vamos Buizel!

-Me estoy irritando de tantas interrupciones.- Exclamó molesto el comandante observando a los dos nuevos pokémon.- ¡Chicos, no tengan misericordia contra estas cosas!

-¡Sí!

Wartortle de la nada sacó sus icónicos lentes, objeto que Blaine reconoció de inmediato.- Tú… eres el Squirtle de Ash.

El pokémon tortuga le sonrió al debilitado líder de gimnasio, quizás no podría entenderle tanto como su entrenador pero de todas modas exclamó.- Tómatelo con calma viejo, nosotros nos haremos cargo de esto.

Hisao frunció el ceño, quizás tendría que hacer acto de presencia antes de tiempo.

-Toto, Nutria… ¡Vamos! 

-o-

Juppeta decidió adentrarse nuevamente en la ruta 1, su curiosidad era grande y no negaría que le encantaría adentrarse en la ciudad para observar la habilidad de aquella mujer. Sin embargo no iba arriesgar su pellejo frente un adversario como ella o el propio Giovanni.

Dejó que su mente creara distintos escenarios que podían ocurrir  pronto si ella tan solo moviera ciertos hilos; el más atractivo actualmente era otra confrontación del pelirrojo contra el azabache, quizás era hasta inevitable que esto ocurriera, pero debía asegurarse que en esta ocasión ambos entrenadores dejaran todo de sí dentro de la batalla.

Por parte de Ash… quizás no sea difícil.- [Quién sabe, todo dependerá de su estado emocional luego de que abandonara su habitación].- Con un rápido movimiento de sus garras, la actual “chica” sacó una manzana del árbol donde se encontraba recostada.- [Y el hijo de Giovanni ya posee instinto asesino, aunque está la posibilidad de que use a Ashy para debilitar a su papá y dar el golpe de gracia].

Algo que realmente le encantaría ver, pero pronto se vio algo disgustada con el resultado final.- [Pero necesito a Ashy vivo, quizás deba hasta encargarme del pelirrojo para aumentar las posibilidades de mi “querido” entrenador].

Cuando estaba a punto de darle una mordida a la manzana, sus instintos se alteraron y la obligaron a ponerse de piel.- (¿Qué es esta sensación? ¿De dónde proviene?)

Podía percibirlo, quizás era un reflejo primario de supervivencia que le advertía del peligro.- (No puedo sentir ningún instinto asesino, ni algún tipo de emoción o presencia).- ¿Acaso estaba en frente de otro pokémon fantasma? -(Imposible, podía percibir a cada uno que habitaba cerca de mis dominios… ¿Qué es? ¡Me está frustrando!)

Algo se acercaba e inconscientemente, Juppeta había sacado a relucir sus garras listas para decapitar a cualquier cosa que intente atacarle.

Uno.

No… tres, cinco, seis.

Los ojos de Juppeta brillaron con gran intensidad, cualquiera que viera aquellos ojos rojos se hubiera intimidado.- [Un equipo completo ¿He?]

Sin embargo… para su sorpresa, aquellas criaturas comenzaban alejarse de su ubicación rápidamente.

-[¿Huh? Esa dirección es de…]- Notó como aquel grupo se dirigía al pueblo que ella misma había abandonado hace algunos minutos.- [Con que de eso se trataba ¿He?]

Ya se hacía una idea a quienes pertenecían esos monstruos de bolsillo.

-[Pero no es mi problema].- Su mirada se dirigió al suelo, donde yacía la manzana que había intentado comer segundos atrás y sin percatarse frunció el ceño.- [Es algo con lo que tendrá que lidiar Ashy].

-o-

-Extraño.- Murmuró la maestra tipo hielo mientras corría por Ciudad Verde.- Saben de mi presencia, pero han venido muy pocos sujetos a enfrentarnos.

Algo no cuadraba.

De pronto un resplandor proveniente de una de sus poké ball la hizo detenerse.- ¿Qué? ¿¡Dewong!?- El tono en su voz era lleno de sorpresa a diferencia de su rostro que apenas parecía alarmado.- (¿Qué sucedió? ¿Cómo pudo ser derrotada?)

No tuvo tiempo para responder sus propias preguntas al sentir que su cuerpo se inmovilizaba por completo.- ¡Grm! Mm-mi cuerpo… nno reaaci-cciona.

Su Cloystar fue en su ayuda, pero pronto detuvo su accionar al sentir una presencia bastante desagradable que surgía de su entrenadora.

No… de la sombra de su entrenadora.

-¡!- Lorelei quedó sin palabras al ver como su propia sombra comenzaba a cambiar de forma, hasta asimilarse a un monstruo con una inquietante sonrisa.- Ggen… ¡Gengar!

-¿Oh? Quizás te preguntes en qué momento se apegó a ti.- Con dificultad, los ojos de la bella mujer se dirigieron hacia el lugar de donde provenía aquella voz.- Bueno todo fue por el ataque directo que recibiste de aquel Haunter.

Cloyster frunció el ceño y a la vez, su entrenadora maldecía en silencio la llegada de su compañera.- Agatha…

Dibujado por: Azure Shiro.

Caminando con calma la anciana se acercó hacia su colega.- Has causado varios problemas para estos enclenques, tengo que felicitarte por ello.- La pequeña sonrisa en el rostro de la anciana se desvaneció tras estas palabras.- Pero estás interviniendo en nuestros planes.

-¿Nuestros?- Lorelei apretó los dientes al ver como detrás de la anciana llegaba un gran grupo de hombres y mujeres que servían a Giovanni.- Eres una…

-Tranquila querida… ya tendremos tiempo para charlar y más.- Enfatizó en la última palabra para luego captar la atención de todos sus “subordinados” con un golpe de su bastón.- ¡Todos ustedes, sigan y encárguense de Pueblo Paleta!

-¡Sí!

Cloyster planeaba detenerlos, pero pronto su entrenadora comenzó a gemir de dolor a causa de Gengar, quién le dirigió una pequeña mirada advirtiéndole de sus movimientos.- Grrr.

-Espe…- Lorelei no pudo hacer nada para detenerlos, estos se abrieron a paso rápido y abandonaron la ciudad.

Entre ellos se encontraba Silver y su grupo, el pelirrojo le dedicó una fugaz mirada a las dos entrenadoras de élite antes de perderse  dentro de los árboles de la ruta 1.

-Lorelei será mejor que te calmes, estos pueden ser los últimos minutos que sigas respirando.- Incluso alguien como Lorelei llegó a estremecerse ante tales palabras.

-o-

-Los noto bastante nerviosos.

-Bueno… es normal ¿No?- Gary le dio una pequeña sonrisa retadora al azabache.- ¿O vas a decirme que no quieres orinarte encima?

-Quizás, quizás… ¿Quién sabe?- El azabache le respondió con el mismo tipo de sonrisa, la diferencia era que la suya era de mayor tamaño y más “confiable”.- De todas formas, saca a uno de tus pokémon, no sabes en que momento puede llegar un ataque y también… llega a tranquilizarte un poco.

-Recibido.- Mencionó el castaño sin abandonar aquella sonrisa, internamente se aliviaba de ver a su antiguo rival tan “tranquilo”.- ¿Algún otro consejo para estos novatos?

-¿Desde cuándo tan humilde?- La castaña aprovechó su oportunidad de unirse a la charla, igual que Gary, estaba muy atenta a las reacciones del azabache y también a sus palabras, por lo que no tardó en lanzar a su Pinsir para sentirse más segura.- Por cierto… ¿No estás preocupado por tus pokémon?

-Por supuesto, pero confió en Wartortle, en Ivysaur y en todos los demás.- Ash miró a la castaña con su típica sonrisa amable, tratándole de trasmitir confianza.- Seguramente ellos sienten lo mismo.

-(Y también podemos darnos una idea de la fuerza del enemigo).- Pensó el castaño para sus adentros, todo aquel que logrará entrar al pueblo desde la ruta acuática daba a entender que eran lo suficientemente fuertes para manejar los pokémon de Ash.- (Aunque lo mismo va para quienes lleguen desde la entrada principal, Ash dejó a su Banette “protegiendo” la ruta, no es la decisión más brillante, pero debe tener sus razones para hacerlo).

El castaño ignoró la “melosa” charla entre sus dos amigos, si hubiera estado atento se hubiera percatado que solamente era otra conversación sobre combates o cualidades de ciertos monstruos de bolsillo. La mente del castaño trataba de recordar cada palabra que había soltado el azabache sobre esa criatura que “controló” sus emociones y si todo era cierto, seguramente Ash quería utilizar el gusto enfermizo que tenía aquella Banette por las emociones negativas contra los rocket.

¿Qué mejor que una organización compuesta por criminales para satisfacer los deseos de una maniática?

-(Aunque si fuera por mí, no permitiría a esa cosa salir de su poké ball nunca más).- Gary tenía interés por las habilidades que tenía aquel pokémon, pero el riesgo era bastante grande… no valía intentarlo.- (Por las palabras de Ash, jamás se detendrá y dudo que eso cambie por mucho afecto que se le entregue, tampoco servirá la “presencia” o habilidad que tenga Ash… jamás obedecerá).

Jamás lo diría abiertamente, pero el joven investigador estaba seguro que con la habilidad actual del azabache casi ningún pokémon intentaría desobedecerle. Así que era poco probable que ocurriera otro caso como lo fue Charizard en el pasado.

Con un suspiro eliminó aquellos pensamientos.- (Bueno… eso no es importante ahora, podría aconsejarlo luego de que presenciamos más acciones de parte de Banette).- También estaba la posibilidad de que esta cayera en manos del pelirrojo, después de todo ese tipo tenía un nivel similar o quizás hasta superior al azabache.- (Silver no duda en arrebatar una vida, aquello es lo que lo convierte en un enemigo más peligroso que Ash).

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del azabache.- Chicos… prepárense, algo se acerca.

-¡!- El castaño liberó a su Umbreon, mientras que el escarabajo de Kaori se preparaba para luchar.- ¿Los sientes?  

-…- Ash no sabía cómo explicarles, no podía decir que era una corazonada, para ser específicos era una especie de instinto, uno que fue desarrollando en su estadía en el monte plateado tras tantos ataques.- (¿Por dónde vienen? ¿Aire? no… Noctowl ya me lo hubiera comentado, si vinieran desde la ruta nos hubiéramos percatado cuando Juppeta los hubiera atacado).

La idea de que la fantasma les permitió pasar sin problemas creía en la cabeza de azabache.

-Grrr…- Primeape a su lado también trataba de identificarlos, lo que le daba a entender que no era el único que había notado aquella presencia.- (No, debe tener algo más de fe en esa bastarda… de otra forma, Infernape se aseguraría de cocinarla viva).

Sus opciones se reducían, no podía ser Silver y dudaba que otro soldado de los rocket tuviera un pokémon que lograra ocultar casi por completo su presencia.

Lo que deja a Giovanni.

Giovanni… que se especializa en los pokémon tipo tierra.

Tierra.

-¡!- Al llegar a esa conclusión no tardó en advertirles a los castaños.- ¡Kaori, Gary, el suelo!

PAAAM

El grito de Ash fue recibido a tiempo por el resto de pokémon, que rápidamente se lanzaron a proteger a sus entrenadores.

-¡Groaaaaaaaaaaaaaargh!- Un Nidoking salió de la tierra con el único objetivo de acabar con la sorprendida castaña.

PAAAM

Pero Pinsir no lo permitió, logrando detener a duras penas el golpe del violento pokémon veneno.

Furioso por haber fallado, con su otra mano agarró al escarabajo para levantarlo y posteriormente lanzarlo brutalmente contra el suelo con una siniestra sonrisa.

Pero su placer no duro mucho, Kaori no tardó en lanzar a su Rapidash que solo necesitó de unos instantes para lanzar una potente esfera de fuego que obligó al pokémon bestia retroceder.

-Pinsir ¿Estás bien?- El pokémon insecto era obstinado y no dudó en reincorporarse, aun entumecido por el daño, pero utilizó este dolor como impulso para levantarse rápidamente.- Que alivio…

En ese mismo momento, Umbreon usaba toda su energía para mantener a esa Nidoqueen inmovilizada gracias a Psíquico. Tristemente, aquella bestia era fuerte y haciendo explotar su propia aura logró liberarse y reanudar su ataque.

Pero ese tiempo le había dado tiempo suficiente a Gary para lanzar a otro pokémon al combate.- ¡Scizor, puño bala!

Utilizando el ataque de prioridad y su tipo acero como ventaja, el pokémon del castaño podía enfrentarse a cuerpo a cuerpo sin problemas contra Nidoqueen.

Por otra parte, Ash solamente miraba con un rostro serio a su atacante, pero el más observador hubiera notado la sorpresa en sus ojos al ver a ese monstruo de bolsillo.

Un Krookodile, de mayor tamaño al que había “capturado” en su “viaje” por Unova.

Aquel pokémon no dudó ningún instante y abrió su mandíbula con tal de arrancarle una extremidad al azabache.

¿O quizás devorarlo por completo? Podría hacerlo sin problemas guiándonos por su tamaño.

Sin embargo, Primeape lo detuvo mientras le entregaba una furiosa mirada, la cual Krookodile no tardó en devolver.

Forcejearon unos segundos, pero Primeape se demostró superior y lo hizo retroceder varios pasos, en aquella distancia observó con gran furia al pokémon luchador que ya había subido su guardia.

-Giovanni.- Murmuró el azabache endureciendo la mirada, comprendiendo rápidamente el movimiento de aquel hombre.- (Quieres mantenerme ocupado hasta que tu hijo venga a terminar el trabajo ¿He?)

Ash tomó dos poké ball de su cinturón, como si supiera que aún faltaran otros pokémon que hicieran su movimiento.

PAAAM

Un Garchomp.

PAAAM

Un Rhydon.

Pero Ash solamente necesitó de esos segundos para lanzar a sus pokémon.

SLASH

Sceptile interceptó al peligroso dragón.

PAAAM

Infernape conectó un contra-golpe que hizo retroceder al pokémon roca unos pasos, aunque no parecía muy afectado por el golpe.

Incluso sonrío.

-Bastardo.- Comentó el azabache y su inicial de fuego al unísono, sin perder de vista al pokémon característico del antiguo líder de gimnasio.

Garchomp inició un breve pero intenso intercambio con Sceptile, los dos internamente se encontraban sorprendidos al no encontrar alguna apertura en los ataques del otro.

Lo que provocó una gran alegría en ambos, casi dejándose llevar de inmediato por sus instintos salvajes.

Solamente querían destrozar al otro.

SLASH

Tomaron distancia, los tres pokémon del tipo tierra se reubicaron y le dedicaron una fugaz mirada a la pareja “Nido”, notando que tenían ligeros problemas al enfrentar dos pokémon a la vez.

-Porque no me sorprende que no estén preocupados por sus compañeros.- Comentó con un ligero toque de burla el azabache, aunque esto lo utilizó para ocultar el leve malestar que sintió al ver la indiferencia en la mirada de sus adversarios.- Cierto, ya recordé al bastardo de su entrenador.

Al no ver reacción tampoco le sorprendió, no había aprecio… no lo había por ninguno de los dos lados.

Y aun así, no dudaban en destruir al azabache y a sus pokémon.

Que lamentable.

Más que malestar, sentía una leve pizca de decepción.

-No te notó muy preocupado por tus compañeros.- Respondió para su sorpresa aquel Krookodile, Ash no lo sabía pero había provocado cólera en sus adversarios con su mirada y ni ellos entendían por qué.- No creo que seas el más indicado para hablar.

-¡Toma distancia con ataque rápido, ahora ve con roca afilada!

-¡Umbreon detenlo con psíquico, ahora Scizor ve con viento plata!

-¡Llamarada, Pinsir arrincónalo para que no pueda escapar!

-No hay necesidad, confío en ellos… al igual que ellos en mí.- Y era cierto, en ningún momento el azabache miró hacia uno de ellos con preocupación o malestar, lo mismo iba para Kaori y Gary, los tres confiaban en la habilidad y fortalezas del otro.- Y de cualquier forma, si realmente están en peligros no me será difícil intervenir.

-¡Joh! ¡Fuertes palabras mocoso!- Garchomp sacó a relucir su mandíbula, entregando así una espeluznante sonrisa.- Espero que tus pokémon sean igual de rápidas que tu boca.

Ash no necesitaba ser un genio para saber la reacción de sus pokémon con esa declaración, ya estaban listos para que el dragón se tragara sus palabras.

-Suficiente charla.- Murmuró el supuesto líder del grupo, Ash no fue ajeno al peculiar brillo que obtenían las garras de Krookodile.- Solo vinimos con un solo objetivo, romper los huesos de cada ser que se encuentra en este inmundo pueblo.

Ash no pudo evitar encararlos con una sonrisa retadora, no negaría que estaba algo ansioso por combatir… habían sido horas muy emocionales y había frustraciones que solamente podía soltar en medio de un combate.- ¡Vengan malditos!

-¡Groaaaaaaaaaaaaarg!

Ash retrocedió de un salto en el mismo momento que sus pokémon se lanzaron a combatir, obteniendo un mayor alcance de visión y asegurarse de salir ileso a la mayoría de ataques.- Primeape deja los puños para después, quiero que crees dos rocas afiladas ¡Ahora!

Sus pokémon no tardaron en captar la idea de su entrenador y no pudieron evitar tener la misma sonrisa que había tenido el azabache hace unos instantes.

PAAAM

Primeape golpeó con gran fuerza el césped, creando dos rocas que sus dos colegas utilizaron para impulsarse a los cielos y al alcanzar una altura considerable, comenzaron a reunir energía para sus movimientos característicos.

Un lanzallamas y un rayo solar se dirigían a una gran velocidad contra los tres pokémon de Giovanni.

Rhydon utilizó el mismo movimiento que Primeape, protegiéndose a sí mismo como también a sus compañeros.

BOOOM

Aunque no esperaba que fueran capaces de destruir las rocas con solo un ataque y su sorpresa no terminó ahí, ya que el pokémon tipo lucha ya se encontraba frente a ellos.

-¡A bocajarro!

PAAAM

SLASH

PAAAM

Krookodile se vio envuelto un brutal intercambio, internamente sorprendido por el esfuerzo que estaba requiriendo para seguir el ritmo de Primeape.

-Grrr… ¡Qué molesto eres!- La ira era un buen potenciador para ciertas criaturas, Krookodile era una de ellas y por un instante logró superar a Primeape para tomar uno de sus puños y así lanzarlos por los aires.

-(Es bueno… no, son buenos).- Pensó el azabache al ver como su pokémon “campeón” se reincorporó sin problemas, al igual como sus otros dos pokémon.- (Giovanni quiere debilitarnos… ¿He?)

Ash tomaría esto como una ventaja, si Giovanni quería tenerlo ocupado significaba que lo veía como una potencial amenaza y eso provocó cierto orgullo en el entrenador.

-Jeh… puedes traer todos los “inconvenientes” que quieras.- Murmuró con una extraña pizca de éxtasis ante la idea de liberar la “sincronización” en este mismo instante.- Solo nos haremos más, y más fuertes.

Y así Pueblo Paleta, se unió a la batalla por salvar la región de Kanto.

-o-

¡Ash parece ansioso por acabar con los pokémon de Giovanni! ¿Será tan sencillo como él espera? ¡Lo sabremos en algunas semanas más!

Este episodio sería más largo que el producto final, pero quise terminarlo cuanto antes ya que había pasado bastante tiempo desde la última publicación… eso y que luego releer un escrito mayor a 30.000 palabras es bastante para agotador para mí, Shiro, Maelo y cualquiera que quisiera ayudarme con la revisión.

Quizás así siga pecando con el ritmo lento que he mantenido desde que retomé esto, pero ya es algo inevitable y sobre todo con la manía de manejar tantos personajes, por ahora me centré en los alrededores de Pueblo Paleta, salvo cierta ruta cercana a la liga… pero eso es para la siguiente actualización.

Ya estamos cerca de finalizar la batalla en Isla Canela, con ciertos datos que pueden llamar la atención de algunos, Ciudad Verde se verá envuelto en más mierda con el enfrentamiento de dos “élites” y la ruta 1 puede cubrirse de rojo si cierta fantasma quiere.

¿Alguien esperaba que Ash mandara a otros de sus pokémon a combatir?

¿Qué esperan del tal Hisao?

¿Qué pasa con el resto de ciudades? Eso lo veremos próximamente.

Quizás el inicio le llamó la atención a más de uno, la escena solamente da a conocer la reacción de una persona X frente a la invasión de los rocket, durante los meses me imaginaba a mí mismo el cómo reaccionaría ante eso y bueno… ahí lo tienen.

Seguido de esto vamos a lo que sucedió en el episodio pasado, pero desde el ángulo de Juppeta y Noctolw, este último ha destacado levemente en los últimos episodios resaltando lo observador que es.

Quiero decir mucho, pero tengo la mente algo ida xD así quizás diga cosas relevantes dependiendo de lo que digan en los comentarios, usualmente siempre hago eso.

Si todo sale bien, quizás traiga el siguiente episodio en un transcurso de 3 a 4 semanas ¡Inspiración y tiempo a mí!

Se despide de ustedes… un creador de contenido de pacotilla ¡Se cuidan!

¿Ha? ¿No dije escritor?

¿Lo soy?

¡Vale, vale! ¡Se despide con cariño, el escritor de pacotilla!

-o-

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