martes, 14 de julio de 2020

Rompiendo las cadenas - One Shot #2



-o-

¡Buenos días, tardes o noches!

Ha pasado algo de tiempo y con todo lo que está sucediendo es razonable ¿No? Cada uno de nosotros hemos tenido que adaptarnos a esta pandemia y de corazón, espero que se encuentren bien.

No quisiera extenderme mucho con este tema, ya que quizás haga una pequeña entrada enfocada en estos acontecimientos. Simplemente para mostrarme activo en las redes y también, para soltar cierto tipo de emociones o mejor dicho estrés.

Y quien sabe, quizás sea algo que disfrutemos todos.

Hace unos meses había publicado un “One-Shot” del anime/manga Ranma ½ y ahora que tengo algo de tiempo extra decidí modificarlo, ya que, seguía sin convencerme la calidad de este en su día.

Eso y que también noté que gran parte de ustedes no tenían conocimiento sobre este anime, lo que les impide disfrutar de este escrito, sobretodo porque yo asumí que ya sabían de que trataba y de sus personajes.

Me disculpo por este error, debería publicarlo en fanfiction en primer lugar, para tener un público fijo en los escritos de este anime, porque sí, Ranma se queda y tengo muchas ideas para futuros escritos.

Sin embargo, esto sigue siendo uno de los “One-Shot” que había prometido por llegar a las “10.000” visualizaciones y por ende, pasará algo de tiempo antes de ser publicado en la otra plataforma.

Espero que sea de su agrado esta nueva versión y trate de dar más información de eventos importantes de la serie, para que entiendan un poco y que genere interés suficiente para que se den el tiempo de ver la serie.

Sin nada más que añadir… ¡Iniciemos!
-o-

La lluvia no daba señales de parar.

Semanas atrás eso no le hubiera molestado, desde pequeño había desarrollado un aprecio al clima lluvioso y razones habían varias.

El agradable olor que quedaba en la zona, el sonido le traía paz, disfrutaba del contacto de las gotas en su rostro, pero más importante; la lluvia siempre mantenía a esas horribles criaturas peludas lejos de él.

-Pero ahora…

Fue un susurro que apenas era audible, observando con lastima su reflejo en un charco de agua.

No importaba cuanto tiempo se viera.

Dibujado por: Matsu Hirasami.

No importaba el transcurso de los días o de las semanas.

Ranma Saotome, era incapaz de asimilar que el dulce rostro de aquella pelirroja fuera el suyo.

Apretó los puños con furia al recrear los eventos más recientes de su vida.

De un día para otro a su padre le llegó la idea de llevar su entrenamiento hasta China, afirmando que Japón se le estaba haciendo pequeño y no veía progreso por parte de ambos.

En parte estaba de acuerdo con él, no había encontrado oponentes de su talla desde hace meses y sin pensarlo mucho, se lanzó al mar junto a su padre, nadando hasta China.

Quizás una acción suicida y descabellada, pero esos eran los métodos de Genma Saotome.

El viaje fue largo y bastante agotador, todo porque Genma se rehusaba a comprar unos boletos para China, ya sea en avión o en barco.

Aunque no podía quejarse mucho de los resultados, había obtenido una resistencia monstruosa tras nadar durante meses.

Tristemente, eso fue lo único positivo en la nueva rutina de Ranma.

Durante toda su vida, Genma lo había metido a todo tipo de problemas.

Y en China no fue la excepción, desde el primer día tuvieron que huir de una multitud enfurecida o de una manada de depredadores hambrientos.

Pero todo eso era insignificante si lo comparaba con la maldición que había recibido a causa de su padre.

Jusenkyo, el supuesto campo de entrenamiento legendario no parecía nada fuera de lo común para los Saotome, luchar en las cañas de bambú no era un problema para la “escuela Saotome”, que se caracterizaba por el dominio en el combate aéreo.

Pero todo cambio cuando Ranma había logrado lanzar a su padre a uno de los estanques del lugar.

La información dada por el guía lo había distraído, Genma que no se había percatado del cambio en su cuerpo, aprovechó la sorpresa de Ranma; golpeándolo y lanzándolo a uno de los estanques.

Siendo más precisos, al estanque de la niña ahogada.

Y tras eso, todo fue de mal en peor.

El guía los llevo a una aldea cercana, la cual era hogar de varias amazonas guerreras que poseían leyes bastante extravagantes.

Fueron espectadores de la final de un torneo que estaban organizando, donde una mujer gigante y poco atractiva se enfrentaba a una pequeña pero linda chica.

Fue un intercambio breve, en donde la linda joven que tenía un peculiar cabello de color añil resultó ser la ganadora.

Pero el hambre que tenían era mayor y sin pensar en las consecuencias de sus acciones, devoraron la comida que estaba a su alrededor.

Sin percatarse que esta… era el premio para la ganadora del torneo.

Eso lo llevó a enfrentarse con aquella chica, quién estaba subestimando a Ranma solamente por ser “una chica extranjera”.

Y sin muchos problemas, Ranma la había derrotado.

Pero nuevamente, el guía le había informado bastante tarde de lo que sucedería.

La linda chica se acercó a él y con bastante delicadeza depositó un beso en la mejilla de la actual pelirroja.

Ranma se tocó la mejilla, no sabía cómo reaccionar ante ese gesto y tampoco tuvo tiempo para hacerlo.

Antes que se diera cuenta el guía lo estaba arrastrando lo más lejos del pueblo.

En el camino le explicaba que acababa de recibir el beso de la muerte.

Desde ese día, aquella amazona trataba de hacerse con su cabeza.

No importa en qué pueblo o bosque se refugiaran, ella siempre los encontraba.

Poco a poco se alejaban de Jusenkyo y con ello, la esperanza de tener una cura para sus maldiciones.

Y como siempre… su progenitor empeoró las cosas.

La experiencia con la amazona llamada “Shampoo” le había enseñado a no tomar lo que no le pertenecía.

¿Pero a Genma?

El no parecía afectado por los últimos eventos de su vida y siguió con los mismos hábitos.

Pronto eran perseguidos por aldeanos, policías, soldados y hasta por otros artistas marciales.

Agregando a la persistente amazona… Ranma comenzó a estresarse.

Quería curarse cuanto antes.

Enfrentó y discutió con su padre cada vez que perdían de vista a sus perseguidores; pero Genma nunca reconoció que todo esto era su culpa y peor aún, excusaba cada una de sus acciones por el bien del arte.

Atacaba la masculinidad de Ranma, tema que se había vuelto bastante delicado desde que obtuvo esta maldición.

Y su padre lo sabía.

Sabía muy bien como atacar para dejarlo indefenso, sin saber cómo responderle.

Un estruendoso ruido lo sacó de sus pensamientos, toda su atención se centró en el panda que roncaba en el campamento que habían improvisado.

-Y tienes el descaro de llamarme perezoso.- Tuvo el impulso de golpearlo, conectar una gran cantidad de patadas en el rostro de aquel sujeto, pero aunque le doliera admitirlo, no tenía la fuerza necesaria para causarle un gran daño.- Al menos tienes una ventaja al luchar con tu maldición… en cambio yo…

Soltando un gruñido se dirigió a su saco de dormir.

Trató de refugiarse en los brazos de Morfeo pero fue inútil.

Sus pensamientos nuevamente volvían a su padre, recordando varios eventos horrendos que lo obligó a vivir.

Sobre todo el causante de su ailurofobia.

¿Cuántas cosas se le han arrebatado por el bien del arte?

En más de alguna ocasión, había surgido esta duda en su cabeza pero nunca le dio tanta importancia como ahora.

Pero por otra parte…

-Las artes marciales son mi vida.- Sentenció con un tono firme, convenciéndose así mismo que valía la pena la ausencia de comidas frecuentes, una cama o un hogar estable, con tal de pulir sus habilidades.- Si me dieran la opción de escoger, no dudaría en volver a seguir este camino.

Ranma Saotome no veía el error tras la conclusión que había llegado, quizás para cualquiera hubiera sido bastante claro, pero el pecaba de ser bastante simple o mejor dicho ingenuo.

Nunca conoció un camino que no fuera el de las artes marciales, el poco conocimiento que tenía de una vida normal era de los pocos meses en que había asistido a una escuela y esta, no se alejaba mucho de su día a día.

Su primer recuerdo era la imagen de su padre cargándolo por el desierto, seguido de borrosos eventos de su niñez en los que reía con alguien de su edad.

Pero era incapaz de recordar su rostro o nombre.

Y luego estaban las imágenes que era imposible de olvidar aunque quisiera.

Los gritos de clemencia, sus esfuerzos en vano para esquivar a esos felinos hambrientos mientras su padre solamente lo reprendía y lo volvía a lanzar a ese poso lleno de gatos hambrientos.

El ruido de la lluvia lo hizo volver a la realidad e internamente agradeció el poder salir de aquel trance.

Su mirada se dirigió a sus manos, las cuales no paraban de temblar al recordar aquel traumático suceso.

Y maldijo a su padre por décima vez en el día.

-Solo tuve un mal día… estoy seguro que mañana será mejor.- Frunció el ceño al oír el suave tono de su voz, aun le era difícil acostumbrarse a los cambios que causaba la maldición.- Mañana la lluvia cesará y evadir a esa chica será pan comido.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro con ese pensamiento, estaba seguro que sin la intervención de la amazona, su padre volvería a Jusenkyo y buscarían una forma de quitar sus maldiciones.

-Si… ¡Mañana será un gran día!

Con aquellas palabras, el joven guerrero se dejó atrapar por el mundo de los sueños. 

-o-

El comienzo de un nuevo día siempre alegraba al padre de la familia Saotome, porque con ello, se acercaba más y más a la vida que se merecía.

Un buen hogar, comida caliente y por supuesto, dinero… lo suficiente para vivir sin preocupaciones por el resto de sus días.

Claro, hubo muchos inconvenientes en el camino y todo a causa de la incompetencia de su hijo.

Bueno, quizás Genma también fue parte del problema pero esos eran detalles insignificantes.

Según él claro.

El hombre convertido en un panda realizó un breve calentamiento, iniciando con unos estiramientos para luego realizar el “Kata” que había pulido para llevar a su escuela de artes marciales a la cima.

-(Este cuerpo no me limita tanto como había pensado).- El panda por fuera no mostraba ninguna expresión pero internamente sonreía tontamente.- (Claro, he perdido bastante de mi velocidad pero este cuerpo robusto es perfecto para resistir los golpes de Ranma).

Y el hecho de que su hijo pierda la mayoría de su fuerza al transformarse en niña, tenerlo bajo control era bastante sencillo en la actualidad.

Quizás estás maldiciones no eran tan malas.

-¡!- Al imaginar a su esposa junto a la katana familiar lo hizo temblar del miedo.- (Okey, quizás no sea perfecto pero podremos curarnos tras vivir un tiempo con Soun).

Había sido divertido, pero era tiempo de cumplir la promesa con su viejo amigo Soun Tendo.

Reunir las escuelas para llevar su arte a la cima y en el camino hacerse rico gracias a su hijo.

Con su entusiasmo recuperado, se acercó a la pequeña pelirroja que dormía cómodamente sin afectarle todo el alboroto que había causado el ruidoso panda.

Genma Saotome frunció el ceño, había intentado de todo pero su hijo seguía siendo una presa fácil mientras dormía.

Claro, trabajó en su instinto y siempre cuando fuera un golpe, Ranma era capaz de salir ileso incluso cuando estaba disfrutando del mundo de los sueños.

-(¡Despierta muchacho!)- Tras rugir, el panda tomó a su hijo y lo lanzó con todas sus fuerzas al árbol más cercano, ignorando por completo el grito lleno de sorpresa y pánico que había soltado su actual “hija”.

Ranma fue incapaz de reincorporarse a tiempo y se estrelló contra el robusto árbol.

El panda de cruzó de brazos mientras negaba con la cabeza, mostrando así la desilusión que tenía al ver que su hijo era incapaz de salir ileso de un ataque sorpresa.

-Eres… un…- La chica se levantó con lentitud, tratando de controlar la ira que recorría por cada partícula de su cuerpo.- ¡Maldito bastardo!

Al final decidió utilizar aquella emoción como impulso para lastimar al gordo animal, que no tardó en ponerse en guardia para confrontar a la joven.

Genma bloqueaba cada uno de los golpes de Ranma sin dificultad. Su forma femenina carecía de su característica fuerza y en cambio le otorgaba una mayor velocidad, cualidad que aún le faltaba dominar.

En oponentes como Shampoo no era un problema, pero cuando se trataba en maestros de artes marciales como su padre… Ranma estaba en completa desventaja.

Genma comenzó a tener el dominio completo del combate, la pelirroja lograba esquivar sus golpes e incluso bloquearlos, pero sus brazos no soportarían por siempre los potentes puños del panda.

Pero en vez de frustrarse por esto, Ranma estaba disfrutando de estar contra las cuerdas.

Siguió retrocediendo mientras bloqueaba los ataques de su padre, hasta que su espalda hizo contacto con un robusto árbol.

La pelirroja frunció el ceño y pudo notar como los ojos del panda obtuvieron un brillo bastante peculiar.

-¡Groaaaaaargh!- Tras ese rugido, Genma lanzó un devastador puñetazo.

PAAAAM

La potencia del ataque fue tanta que fue capaz de destruir el tronco y hacer que el árbol cayera.

Pero en vez de tener una sonrisa de orgullo, Genma abrió levemente sus ojos de la sorpresa al no ver a su hijo por ningún lado.

Miró a su alrededor pero fue incapaz de hallar una pista del paradero de Ranma.

-¿Querías terminar con esto tan pronto? ¡Pues qué lástima!- Al oír la energética voz de la pelirroja, el panda levantó la mirada solamente para encontrarse la rodilla de su hijo a centímetros de su rostro.

PAAAM

Al escuchar el quejido de dolor, el joven Saotome sonrío descaradamente pero rápidamente reanudó su ataque.- ¡Solo estoy empezando! ¡Toma esto viejo!   

Conectó varios golpes en el estómago de su padre, este trató de contraatacar pero Ranma pudo anticipar aquellos golpes y salió ileso de cada uno de estos.

Aun así, sabía que su ventaja no duraría más tiempo, a pesar de haber conectado varios golpes estos no ocasionaban tanto daño como para seguir limitando los movimientos de su padre.

-(Debo hallar una apertura, quizás mis puños no sean tan fuertes como antes, pero mis piernas siguen siendo tan buenas como siempre).

Durante el tiempo que había permanecido como chica, Ranma había notado que sus saltos seguían siendo tan increíbles como siempre, podía recorrer la misma distancia e incluso ocasionar grietas en la mayoría de objetos de la zona con una patada.

-¡Ahora!- La pelirroja dio un pequeño brinco hacia atrás, saliendo ilesa del ataque de su padre y antes de que el puño de este regresara, Ranma nuevamente se había lanzado al ataque con una patada voladora.- ¡Toma esto!

-¡Groaaaargh!- Genma esperaba un ataque directo, había llegado a la misma conclusión que su hijo y era cosa de tiempo que la pelirroja intentara dañarlo con una de sus patadas.- (Fuiste muy ingenuo Ranma).

Atrapó la pierna de la chica con bastante facilidad, para luego comenzar a girar a gran velocidad sin importarle los gritos e insultos que soltaba la pelirroja.

Tras un rugido, el panda había lanzado a Ranma contra uno de los árboles del lugar, pero en esta ocasión el daño que había recibido el joven fue bastante severo.

PAAAM

-¡Grr!- Soltó una cantidad de saliva por el impacto, trató de levantarse pero sus piernas no parecían responder a sus órdenes.- D…diablos papá… fue un buen golpe.

El panda asintió, dando a entender que también estaba complacido por el rendimiento de Ranma.

Genma esperó que su hijo se recuperara un poco, su propósito principal era noquearlo pero también quería medir su hijo y ver que tanto había mejorado en China.

Claro, en sus formas originales hubiera sido la mejor opción pero eso requeriría más esfuerzo de su parte.

-(Seguiría siendo sencillo con mis mejores técnicas, pero es pronto para darlas a conocer).- Su hijo tenía un talento para asimilar técnicas, sobre todas las de Genma.- (Esto es lo mejor, puedo hacerme una idea hasta dónde puede llegar siendo un hombre… y no salgo tan lastimado en el camino).

Su pequeña reflexión fue suficiente para que Ranma se recuperara, que trató de sorprenderlo con un ataque aéreo pero pudo atraparlo a tiempo y lanzarlo nuevamente contra un árbol.

Pero su hijo había logrado recuperarse en el aire y utilizó el tronco para impulsarse hacia él nuevamente.

Pero a una velocidad que Genma fue incapaz de seguir.

PAAAM

-¡En tu peluda y fea cara!- Su Triunfo no fue duradero, Genma había conectado un puñetazo en su rostro que lo hizo perder el equilibrio.- (¡Vamos cuerpo, ahí viene otro!)

Sus piernas seguían siendo tan fuertes como siempre, logrando dar un brinco alto para salir ileso y contratacar.

Si lanzaba una patada, su padre un derechazo.

Si daba un puñetazo, recibía un uppercut.

Si daba un derechazo, era golpeada por un cabezazo.

El intercambio entre los Saotomes, duró varios minutos.

-o-

PAAAM

Apenas logró protegerse de aquel devastador golpe y aun así, el ataque de su padre lo había hecho retroceder varios pasos.

Observó con cautela su brazo que seguía temblando tras recibir aquel puñetazo.

-(Extraño… realmente quiere noquearme.)- Frunció el ceño ante ese pensamiento, era cierto que su padre no se contenía con sus golpes pero siempre se aseguraba de mantenerlo consciente.

Generalmente descartaría aquella idea, le restaría importancia a este hecho y seguiría combatiendo.

Pero… ¿No era esto lo que siempre lo metía en problemas?

Ignoró aquella pequeña voz de su cabeza que le advertía sobre aquellos estanques y también lo hizo al ver que su padre se dirigía a la comida que le pertenecía a las amazonas.

¿Debía hacerlo ahora?

Siempre le había dicho a su padre que debía pensar antes de actuar pero… ¿Se lo había dicho a él mismo?

Tomó un poco de distancia para darle más atención a su cuerpo.

Sus brazos tenían varios moretones, algo extraño porque era bastante difícil que aparecieran gracias al intenso entrenamiento de su padre.

Dibujado por: Matsu Hirasami.
Su labio inferior estaba sangrando y si recreaba algunos ataques de su padre, podía notar que eran más potentes y precisos que en combates anteriores.

-(En un principio creía que era su forma de disculparse por todos los problemas que ha causado).- Aunque fuera extraño, Ranma había disfrutado cada segundo de esta batalla, sentía que era lo que necesitaba para poder sacar todo lo que estaba guardando en su pecho.- Pero…

-¡Groaarrgh!- Rápidamente saltó, saliendo ileso de los ataques consecutivos de su padre.

Al ver que no lograba conectar se molestó, el panda tomó algo de distancia para sacar uno de sus peculiares letreros.

¿De dónde los sacaba de todos modos?

-¿Por qué huyes Ranma? ¿Acaso me tienes miedo?

Frunció el ceño y apretó los puños.- ¡Cómo te atreves! ¡Yo no soy ningún cobarde!

Estaba a punto de lanzarse contra él hasta que una idea llegó a su mente.- (Momento… es obvio que trata de provocarme).

¿Qué tiene pensado hacer su padre?

-Necesito algo de tiempo…- Murmuró para sí misma, pero el enorme panda había logrado escucharla ¿A qué se refería?

La mirada de la pelirroja se dirigió a las piedras que estaban a su alrededor, con un rápido movimiento se hizo con algunas y las lanzó hacia su padre.

Sobre todo en su rostro.

El panda por reflejo se cubrió su cara, aquella acción le dio tiempo suficiente a Ranma para realizar el arma secreta de la dinastía Saotome.

Correr.

Genma solamente podía ver como su hijo se perdía dentro del bosque a una velocidad increíble.

-(Veo que por fin realizaste ese movimiento Ranma, debes correr, pensar y luego atacar… has hecho un gran trabajo).- El panda se cruzó de brazos y asentía complacido ante el progreso de su hijo, por fin estaba siendo más táctico al combatir.

Tras felicitar a su ausente hijo, el panda se lanzó a su búsqueda a gran velocidad.- (Pero ahora no es el momento de ver tu ingenio Ranma… no puedo permitir que sigas retrasando mis planes).

Ranma se deslizaba con bastante agilidad entre las ramas de los árboles, debía agradecer que el peso del panda le impidiera realizar el mismo movimiento, por lo que tenía tiempo de sobra para aclarar su mente.

El alargar el combate podría ser perjudicial ya que podría atraer la atención de cierta amazona y seguramente su padre lo sabía.

Pero nuevamente… ¿Por qué quería noquearlo?

-Quizás se dejó llevar.- Tenía sentido para el joven Saotome, después de todo, cuando el encontraba a alguien cercano a su edad que practicara artes marciales, también se dejaba llevar lo que lo llevaba a varios problemas con esas personas.

Shampoo era el ejemplo más reciente de esto.

Dibujado por: Shiki Gold (Maelo19).

Esa pequeña voz en su cabeza trataba de tener su atención nuevamente, advirtiéndole que no podía ser algo tan simple.

Ranma ignoraba esa voz porque asimilaba la duda como debilidad o al menos eso le había enseñado su padre.

Pero… ¿Realmente eran fiables las palabras de Genma?

Lo llevó a un entrenamiento por China sin saber el idioma de aquella nación, sin ninguna clase de conocimiento de las zonas de entrenamiento o tribus.

¿Y a que los llevó eso?

A una maldición que podría ser permanente y ganarse el desprecio de una tribu de amazonas.

Se detuvo en unas enormes rocas, confiando que su padre se tardaría en hallar su ubicación.

Trató de pensar las veces en que su padre lo había noqueado, no era muy seguido pero siempre terminaba en un lugar completamente desconocido para según su padre “extender la escuela de artes marciales todo vale”.

Aunque estaba seguro que estaba escapando de una deuda o de algún sujeto que había hecho enojar.

-Quizás quiere arrastrarme a Jap…

Era una simple corazonada.

No tenía pruebas y aun así.

Ranma se levantó furioso de ese lugar, jurando que prefería morir antes que volver a Japón con esta maldición.

Volvió a los árboles, esperando que su padre hiciera acto de presencia y darle lo que tanto merecía.

Su cuerpo se había recuperado un poco de los golpes recibidos y utilizando el factor sorpresa, podría tener a su padre contra las cuerdas.

-Qué comience el segundo round.- Murmuró el joven maldecido mientras se ocultaba entre las hojas de los árboles.

-o-

Genma por otro lado, había dejado de correr cuando notó que ya se había adentrado bastante en este bosque.

Estaba seguro que su hijo había hecho lo mismo, ya que el correr sin ningún conocimiento de la zona lo haría correr todo tipo de peligros.

Especialmente si se mantenía en su forma maldita y se encontrara con aquella niña china.

Observó a su alrededor, tratando de notar algo fuera de lo común pero no obtuvo éxito.

La mejor opción era abrirse paso con lentitud, el seguir corriendo lo convertiría en un blanco fácil para Ranma.

Siguió recorriendo la zona pero no había rastro de su hijo, lo que comenzó a irritarlo ¿Cómo algo rojo podía ocultarse tan bien dentro del bosque?

Al estar más de diez minutos caminando sin ningún éxito, el panda dejó la sutileza a un lado para comenzar a destruir todo a su paso.

Varios árboles caían a gran velocidad a causa de los golpes de Genma, atemorizando así tanto a roedores, reptiles y aves que utilizaban aquellas plantas como hogar.

Mientras tanto, un oculto Ranma lo observaba detenidamente, esperando que las reservas de energía de su padre se debilitaran para atacarle.

Al notar que Genma tardaba más en lanzar sus ataques, Ranma supo que era el momento para actuar.

Justo en el momento que su padre arremetió contra unas rocas, el joven combatiente salió de su escondite de un gran salto, aprovechando la velocidad que había ganado y la sorpresa de su padre, la pelirroja conectó una potente patada en el rostro del panda.

Ranma normalmente se sentiría complacido al escuchar las quejas de su padre, pero ahora… solamente quería asegurarse de que ese maldito panda fuera incapaz de levantarse.

PAAAM

PAAAM

Genma soltó un poco de saliva, aquellas patadas le estaban afectando más de lo esperado.

Pero no tardó en recuperarse, eso y que la rabia que sentía lo ayudaba a ignorar el dolor.- (¡Hijo malagradecido, lo estás haciendo muy complicado!)

Siguieron lanzando golpes contra el otro, la superioridad en velocidad del adolescente le era bastante inútil si la mayoría de golpes eran poco efectivos contra el panda. No obstante, Ranma se estaba defendiendo bastante bien ante los ataques de su padre, quién carecía de su rapidez habitual al estar convertido en aquel robusto animal.

Y no solamente eso, el arrebato de ira del panda lo había agotado bastante, más de lo que esperaba Ranma.

Pronto ambos llegaron a la misma conclusión, siendo un panda las reservas de energía de Genma disminuían considerablemente.

Ranma sonreía lleno de confianza ante esta iluminación.- ¿Qué pasa papá? ¿Tanto te afecta el volver tener algo de pelo?

El panda gruñó molesto y lanzó un devastador puñetazo, golpe que estaba esperando la pelirroja para poder tomar algo de distancia.

-(Por poco… si seguimos así, perderé por la fatiga).- Ranma necesitaba recuperar el aliento, se veía bastante vulnerable pero por primera vez en China la suerte estaba de su lado.- (Papá está igual o peor… es un alivio).

-(Maldición, quizás fue una mala idea mantenernos en nuestras formas malditas).- Genma le había dicho a su hijo que era lo mejor, así se acostumbrarían a combatir en sus dos formas y sus contrincantes no podrían usar sus maldiciones en su contra.- (No sirve de nada la fuerza y defensa extra, si apenas puedo golpearlo).

Ranma se había tragado esa mentira, porque tenía sentido de cierta manera. Pero Genma decidió mantenerse así porque tenía un control total en su hijo, la capa extra de pelaje y grasa lo hacía resistir la mayoría de golpes de la pelirroja, además de que su fuerza había aumentado ligeramente y le era más sencillo obtener la ventaja en medio de los combates.

Así que por mucho que Ranma reaccionara mal tras cierta noticia, no tendría forma de hacerle frente hasta llegar a Nerima.

Pero su hijo estaba adaptándose bastante bien a su forma femenina, seguramente por todos los enfrentamientos que había tenido con la chica amazona.

-¡Esto no ha terminado!- El grito agudo de Ranma lo hizo volver a la realidad, viendo como su hijo corría hacia él decidió realizar la misma acción.

Tanto padre como hijo, estaban decididos a terminar con esto.

Pero pronto sus instintos les advirtieron del peligro.

Rápidamente dejaron de correr para dar un gran salto para salir ilesos de aquel ataque sorpresa.

Ranma saltó a las ramas de los árboles mientras que su padre decidió aterrizar en el suelo sabiendo que los árboles eran incapaces de aguantar su peso.

El joven combatiente no estaba para nada feliz con esta interrupción, sobre todo al ver el enorme cráter que había dejado esa arma en el césped.- Ese Chui… solamente le puede pertenecer a…

Y antes de que pudiera decir su nombre, cierta chica de cabello azul apareció detrás de él con una sola cosa en mente.

Matarlo.

PAAAM

La rama en la que estaba parado Ranma, fue destruida con suma facilidad por el otro chui de Shampoo.

-¡Lo que me faltaba!

Ranma temía que su padre aprovechara esta situación a su favor, quería mirar hacia el panda pero un solo descuido podría costarle la vida.

Solamente podía esquivar los ataques mortales de la amazona, mientras le gritaba que se detuviera, trató de razonar con ella pero como siempre era inútil al ser incapaces de entenderse mutuamente.

Y pronto las suplicas de Ranma se convirtieron en maldiciones.

-¡Maldita idiota!-  Por cada golpe que Shampoo lanzaba, Ranma la insultaba.

Y pensar que había considerado a esa chica como linda.

-(Esto ya se salió de control… llamamos mucho la atención).- Genma frunció el ceño, captó la atención de su hijo para enseñarle lo que había escrito en uno de sus carteles.- (Supongo que Soun puede esperarme unos días).

-Pronto vendrán más… ¡debemos huir!

Ranma apretó los dientes, era lo más razonable pero aun así su orgullo le obligaba a quedarse para enfrentar este desafío.

Porque Ranma Saotome no huye a un combate y mucho menos pierde.

Pero había una primera vez para todo ¿No?

Es algo que aprendió por las malas desde que llegó a China.

Logró domar su orgullo y escuchar a la razón.

El chico maldito pateó con fuerza la mano derecha de la chica, obligándola a soltar su arma.

Shampoo pareció sorprendida por unos instantes pero no tardó en cubrirse, seguramente aquella pelirroja se cansó de hacerse la tonta y por fin lucharía.

Esperó el ataque pero este jamás llegó.

-¿?- Confundida bajó su defensa y no había rastro de Ranma o de su panda.

Nuevamente había escapado ¿Acaso no tenía honor como guerrera?

¡Era insultante haber perdido contra alguien así!

-¡Ranma!- Chilló antes de reanudar su búsqueda por la cabeza de la pelirroja.

-o-

-Vaya día.

-Y que lo digas, esa niña nuevamente arruinó nuestro entrenamiento.

-Si… entrenamiento.- Ranma frunció el ceño mientras observaba a su padre, ya en su forma humana preparándose para dormir.- ¿Sabes? El cielo no da señales de que se ponga a llover.

Genma se sobresaltó un poco ante este comentario.- ¿Qué insinúas Ranma?

Ranma se levantó y mientras hacía unos estiramientos comentó.- Creo que es obvio a lo que quiero llegar papá… es el momento perfecto para volver a Jusenkyo.

El maestro de la dinastía Saotome miró con detalle a su hijo, claro que sabía lo que trataba de decir el pelinegro pero le sorprendía que no hubiera una pisca de agresividad en sus palabras.

Es más, no parecía molesto todo lo contrario, desde que volvió a ser hombre se mostró bastante sereno.

Genma se acomodó las gafas con una pequeña sonrisa, su hijo seguía sin sospechar de él.- No te alteres muchacho, con el mapa que he conseguido volveremos a Jusenkyo en tan solo unos días.

¡Brillante! Ya con eso lo tendría relajado y con la guardia baja.

-(¡Oh, Genma Saotome! ¡Tú ingenuo se supera cada día!)

-¿Me dejas verlo?

Okey, eso no se lo esperaba.

-¿Qué?

Ranma se acercó a él con una inquietante calma.- El mapa, quisiera saber cuántos kilómetros nos faltan por recorrer.

Normalmente un comentario lleno de confianza lo tranquilizaba… por unas horas ¿Acaso Ranma se dio cuenta de sus planes?

-¿Acaso dudas de mí?- Observó como la supuesta tranquilidad de su hijo desaparecía, sus ojos obtuvieron esa agresividad que usualmente tenía al verse engañado.

Eso no era una buena señal.

-¿Insinúas que desconfío del hombre que es el responsable de que me convierta en mujer?

-¡Muchacho ingrato, pensé que te habría criado mejor!- Genma se salió de su saco de dormir y encaró furioso a su hijo, lo había puesto nervioso por una idiotez como esa ¿Sigue enfadado por algo tan insignificante?- ¡Sabes de los riesgos que uno vive al dedicar tu vida al arte y al primer problema retrocedes!

Ranma rodó los ojos, su padre trataba de desviar el tema.

Pero nuevamente atacaba con palabras que lo hacían retroceder.

Era extraño, sabía que su padre estaba jugando sucio pero era incapaz de poder darle una respuesta coherente.

Siempre daba quejas, pero sin ningún fundamento, al final terminaba dándole la razón a Genma y obedeciendo cada estupidez que salía de su cabeza.

¿Así sería siempre?

Fue la pregunta que comenzó a repetir en su cabeza, una, otra y otra vez.

Ranma soltó un gruñido, negándose a ser preso de esta rutina nuevamente.

Y estalló, no iba a permitir que su padre nuevamente dude de su dedicación a algo que amaba.

-¡Entregaría mi vida por el arte y sé muy bien que lo sabes!- Genma afiló más su mirada al ver como Ranma perdía los estribos, quizás tocar ese punto débil en su hijo, haya sido una mala idea.- ¡Pero no mi hombría, y si no lo has notado estas malditas maldiciones nos limitan al combatir! ¡Y por eso, quiero asegurarme que está vez no lo arruines!

Ranma no pudo reaccionar a tiempo y recibió de lleno la patada de su padre, estrellándose contra la roca más cercana.

-¡Bastardo!

Nuevamente dio por iniciado uno de sus enfrentamientos, pero para desgracia de Ranma, Genma se había cansado de jugar.

El Saotome mayor bloqueaba cada ataque de su hijo con suma facilidad, Genma había recuperado bastante energía al volver ser un humano a diferencia de Ranma, que seguía igual de agotado y lastimado que hace unas horas.

Y aun así, Genma decidió ir con todo para no alargar esto.

Por unos instantes, la figura de aquel sujeto regordete había desaparecido dejando sin habla a Ranma.

Y lo siguiente que vio, fue el puño de su padre conectar en su rostro.

Seguido de varios más.

PAAAM

Ranma quedó sin aire tras ese golpe en su estómago, escupiendo un poco de saliva en el acto.

Genma lo tomó de la camisa, para luego lanzarlo contra las rocas de aquella zona que usaban como refugio.

Fue totalmente derrotado en solo unos instantes.

Y aun se preguntaba cómo había sucedido.

Al ver que su confianza y su resistencia se habían reducido a nada, Genma decidió hablar.- Ser navegante es una gran responsabilidad y por lo que veo, sigues quejándote como una mujer… ¡Eres una vergüenza Ranma!

Apretó los puños y dientes, pero aun así… parecía que sería insuficiente para controlar la cólera que recorría por cada parte de su cuerpo.

Nuevamente lo había atacado con eso.

Nuevamente estaba evadiendo el tema.

Nuevamente se rehusaba hacerse responsable de sus acciones.

Y nuevamente… creaba inseguridades dentro de él.

Ranma sabe que está en lo correcto, su padre solo evade el punto importante con respuestas vacías y aun así…

Fue incapaz de responder a ellas.

Su mente no pudo pensar en una respuesta para enfrentarse a su padre.

¿Por qué?

Sus propias dudas fueron las que terminaron enfriándolo, y pronto se sintió como un ser lamentable.

Patético, sabiendo que tenía la fuerza suficiente para resistirse y también las palabras para callar a ese adulto irresponsable pero aquellas palabras se negaba a salir.

¿Acaso tenía miedo? ¿A qué?

Simplemente no lo entendía.

-Tks.

-Mmmm… veo que estás luchando para controlar tus emociones.- Genma se cruzó de brazos, con una mirada severa observa a su frustrado hijo.- Quizás aún haya esperanza para ti y pueda cumplir tu capricho casi al final del viaje pero primero debo saber si realmente estas compro…

Ranma dejó de darle importancia a lo que decía su padre.

Era lo de siempre, hasta se había memorizado el maldito discurso.

Su mirada se dirigió a su entorno, una zona rocosa lejos de la selva en la que podían mantener la fogata encendida a lo largo de la noche.

Quizás podrían llamar la atención de Shampoo, pero mientras era un hombre la chica no era un problema.

Pronto sus ojos se enfocaron en cierta mochila… y su mente encontró una buena razón para mantenerse despierto hasta tarde.

Por ahora… se enfocó en callar aquellos pensamientos que recorrían su mente.

Los que lo hacían enfurecerse y entristecerse casi al mismo tiempo.

-o-

No tuvo que esperar mucho para que su padre se durmiera.

De todos modos, se quedó quieto por varios minutos para asegurarse de que aquel hombre no estuviera fingiendo.

-Supongo que realmente está dormido.- De un salto salió de su saco de dormir y con bastante sutileza se acercó a su padre.- Oye… papá.

Le dio unas ligeras cachetadas, aprovechó también de pellizcarlo pero la máxima respuesta que recibió fue un ceño fruncido.

-Jeh… ¡Pan comido!

Caminó hacia la roca en donde estaban sus mochilas y mientras lo hacía, se llegó a preguntarse porque no lo había hecho antes.

-Digo… papá o yo, solamente nos despertamos por el ruido de una explosión o por el aroma de comida.- Es más, Ranma se empezaba a dar cuenta que generalmente no cuestionaba los actos de su padre, si llegaba a quejarse en el momento pero realmente no hacia un esfuerzo para detenerlo.

Como si al final aceptaba que era lo correcto.

Eso no lo hacía muy diferente ¿Verdad?

-¡No!- Sacudió frenéticamente su cabeza, como para asegurar que esos pensamientos no tenían sentido alguno.- ¡Yo no soy como él!

Pero… ¿Realmente permitía que su padre se saliera con la suya?

De niño era entendible, no tenía la fuerza ni el razonamiento para comprender todas las atrocidades en las que fue involucrado pero ahora no tenía excusa alguna.

Había llegado a un punto en donde su padre tenía una confianza tan grande, que dejaba sus pertenencias a la vista de su hijo.

Como si tuviera un dominio completo en él.

Frunció el ceño ante esos pensamientos.- Creo que fue una pésima idea escuchar a mi cabeza… me estoy sintiendo realmente como un idiota.

-Lo eres, no… lo somos.

-Tks… como sea, encontremos ese mapa mejor.

¿Desde cuándo discutía consigo mismo?

Se encogió de hombros ante esa duda, sabiendo que no era la primera vez que lo hacía, claro siempre y cuando estuviera solo. Su padre veía como debilidad cada una de sus dudas o miedos y al final, usaba sus momentos de sinceridad en su contra.

¿Amigos que pudieran aconsejarlo? Ninguno.

 Es más… ¿Tenía amigos?

Sabía que tenía al menos dos, pero apenas recordaba sus rostros o sus nombres.

Es más, ni siquiera pudo despedirse de ellos.

-Me estoy yendo por las ramas.- Nuevamente sacudió su cabeza, como si de esa manera aquellos pensamientos salieran disparados de su mente.

O al menos así lo creía Ranma.

-Ese viejo ladrón…- El joven Saotome miraba indignado todos los pergaminos que había encontrado en la mochila.- ¿Para que los roba si es incapaz de leerlos?

Ranma pronto comprendió que volver a Jusenkyo sería una tarea bastante complicada.

-A saber cuántos guerreros has hecho enojar papá.- Sin embargo todo eso fue dejado de lado al encontrar cierto trozo de papel, era lo más cercano a un mapa que había encontrado en esa vieja mochila.- ¡Lo tengo!

Sin embargo su alegría no duró mucho y se convirtió en ira.

-Viejo regordete… eres un bastardo.- Aquel mapa solamente tenía indicaciones para llegar a Hong Kong, seguramente para subirse a un barco destinado a Japón.- ¡Quieres que nos quedemos malditos!

Iba a lanzar aquel trozo de papel al fuego pero hubo algo más que llamó su atención.

Un libro con una cobertura negra, se veía bastante dañado, seguramente por el paso de los años.

-¿He? ¿Es un diario?- Su ceño fruncido permanecía en su rostro pero no pudo evitar sonreír un poco.- ¿Enserio viejo? Tener algo tan femenino como eso.

Comenzó a leer hojas al azar, la escritura de su padre no era muy buena pero podría leerlo con bastante claridad.

-¡Ese chiquillo ingrato! ¡Tuvo el descaro de atacarme con el puño de gato! Quizás debí leer la última página del libro… ¡Pero eso no justifica que se comporte como un cobarde!

-Jeh… típico.

Ranma ya estaba molesto pero mientras más leía, más aumentaba la cólera contra su padre.

¿Cómo era eso de intercambiarlo por un plato de arroz? ¡El bastardo lo había vendido!

Y también lo había comprometido con un montón de chicas para obtener algo a cambio.

-Ukyo Kounji…- De todos los nombres, aquel fue el que más había llamado su atención.- Estoy seguro que conozco ese nombre.

Siguió leyendo y tras encontrar la palabra “okonomiyaki” Ranma fue capaz de recordar.- Ucchan…

Su mente le recordó al pequeño castaño que fue su amigo durante su infancia, aquel niño que fue su cómplice en todas sus travesuras, siempre lo buscaba cuando había un problema y lo esperaba para comer juntos luego de un breve combate.

Eran muy cercanos y de alguna manera su padre también arruinó eso.

-Le robaste a la familia Kuonji… ¿Y cómo es eso que tengo que casarme con Ucchan?

Era imposible, los dos eran chicos ¿Verdad?

¿Verdad?

-No me digas que…- Siguió leyendo, sorprendiéndose de que su padre le había dado la opción de escoger entre el puesto de Okonomiyaki y su amigo, pero el escogió el puesto ¿Realmente fue el causante de que Ukyo no viajara con ellos?

Su cabeza comenzó a reproducir un recuerdo que creía haber perdido, el a sus seis años montado en aquel carro de okonomiyaki mientras se despedía de su querido amigo.

El trataba de mostrarse alegre y prometiendo que se volverían a ver, ignorando por completo el rostro desesperado de su amigo.

-Recuerdo que nos perseguía llorando.- Sentía que había sido su culpa de alguna manera.-Ucchan… ¿Eras una chica?

No sabía cómo reaccionar ante tantas revelaciones, una mescla de emociones invadían su pecho, cada una tratando de estallar primero.

Pero era un artista marcial, así que se centró en mantener una respiración relajada y no tardó en tener un dominio en sus emociones.

Ya tendría tiempo para pensar en esto y en su amigo.

-Amiga.- Se corrigió con algo de torpeza, aun siendo incapaz de aceptar eso.- Bueno… sigamos.

Ranma dejó de lado varios acontecimientos que no se relacionaban a él, quizás más adelante leería todo el diario pero ahora… solamente quería encontrar una pista sobre porque su padre quiere volver a Japón.

¿Qué es tan importante para dejar de lado la cura a sus maldiciones?

Dibujado por: Matsu Hirasami.

¿Qué voy hacer? ¡Nodoka nos matará a ambos!

¿Cómo iba a saber que el campo de entrenamiento estaba maldito?

Volver a casa no es una opción, estoy seguro de que ella nos obligaría a cumplir la promesa de cometer seppuku, no me arrepiento de hacer ese juramento con Ranma… sino ella no permitiría que me llevara a nuestro hijo en un viaje de entrenamiento.

Supongo que es tiempo de ir a visitar a mi amigo Soun y cumplir nuestra promesa de unir las escuelas, si Nodoka llegara a enterarse de nuestra ubicación estaríamos a salvo, hasta ella se alegraría de ver a Ranma casado con una de las chicas Tendo.

Mi hijo tendría el dominio del Dojo Tendo y yo aseguro mi jubilación ¡Es un plan perfecto!

-Es todo.- Escupió con acidez, mordiéndose el labio con la fuerza suficiente para hacerlo sangrar.- ¡Al diablo tú y tus planes!

Echó tanto los pergaminos robados y el diario de su padre a su propia mochila, tenía un nombre que limpiar y un viaje por realizar.

Sin embargo sus movimientos no fueron tan rápidos ni precisos como esperaba.

Fueron torpes y lentos, haciéndole entender como le había afectado internamente aquella revelación.

Inhaló y exhaló tratando de mantener sereno.

Contó hasta diez.

Lanzó algunos golpes al aire pero nada pudo calmarlo.

-Tks…- Dirigió una última mirada a su padre, maldiciendo nuevamente a ese hombre que era incapaz de ver todo el daño que causaba.

Salió corriendo de la zona rocosa no sin antes rociarse con agua fría.

Ranma odiaba su maldición, realmente la odiaba con todo su ser.

Le había quitado varias cosas, su confianza, su tranquilidad y el disfrutar del contacto con la lluvia.

Y sin embargo…era la única forma de permitirse soltar cierto tipo de emociones.

-Tengo una madre.- Murmuró mientras sollozaba, se abrió paso entre el bosque y su voz comenzaba a cortarse.- Tenga una madre y este bastardo quería ocultármela para siempre.

Solamente la flora y fauna de China fueron testigos de cómo Ranma Saotome rompía en llanto.

-o-

-¿¡Dónde se habrá metido ese muchacho malagradecido!?

Genma no tardó en molestarse, cansado de las payasadas de su hijo y esta vez, se aseguraría de mantenerlo inconsciente utilizando todo su arsenal.

-¡Tienes una promesa que cumplir! ¡Se trata de nuestro honor Ranma!

Ni el mismo se creía sus palabras.

-o-

Estaba agotada.

Quería volver a casa y estar con su bisabuela.

Pero no podía hacerlo hasta restablecer su honor.

¡Acabaría con aquella chica pelirroja cueste lo que cueste!

Había pasado solamente un día de su breve encuentro, así que Ranma no podía haber ido tan lejos.

Sobre todo si iba acompañada de ese perezoso y gordo panda.

Se adentró más y más en el bosque, en el camino fue sorprendida por un hombre extraño que iba gritando en un idioma que era incapaz de entender.

Del susto, atacó con su Chui dejando a ese hombre fuera de combate.

-No deberías ir gritando como un lunático.- Shampoo dudaba que pudiera entenderle, aun así decidió advertirle que no fuera tan estúpido.- Los tontos no sobrevivirán mucho en estas zonas.

Siguió deslizándose por los árboles, con una agilidad que dejaría a las personas normales sin habla.

 -¿?- Detuvo su caminar al ver a una persona vestido de rojo, aquella persona solamente podía ser su objetivo.- Ranma.

Fue sigilosa, acercándose lentamente a ese chico que practicaba kata.

-Espera… ¿Chico?

 El joven se había sobresaltado al oírla y pronto se puso en guardia.- ¡No estoy de humor para lidiar contigo!

¿Acaso la estaba amenazando?

La chica frunció el ceño y se preparaba para hacerle frente, pero todo cambió cuando vio sus ojos.

Parecía que había estado llorando.

Y no solamente eso… Shampoo era incapaz de ver aquel brillo lleno de vitalidad en ese joven.

-¿Te encuentras bien?

Trató de acercarse pero con cada paso que daba el chico retrocedía.

¿Le temía?

¿Por qué?

-(Quizás lo intimido con mis armas).- Le parecía extraño, el chico parecía estar en buena forma y había dado señales de que practicaba un arte marcial.- Tranquilo… no pretendo hacerte daño.

Con un suspiro dejó sus chuis en el césped, al hacerlo pudo ver como el rostro del joven mostraba confusión.- (Quizás ha tenido una mala experiencia con alguien de la tribu).

-Cierto… tu no me lastimas al ser un chico… por ahora.- Realmente la amazona quería saber que estaba diciendo el chico.

Parecía que había perdido toda clase de esperanza… como si se hubiera enterado de cosas horribles.

Le causaba curiosidad por eso y más.

Quería preguntarle si tenía una relación con la chica llamada Ranma, llevaban la misma vestimenta y estilo de cabello.

Al igual que sus ojos, Shampoo no sabía porque pero podía asemejar esa mirada con la de esa cobarde.

-Bueno… fue interesante saber que posees algo de educación pero debo irme.

-¿?- Shampoo solamente lo miró dar media vuelta ¿Se había despedido?- Oye… espera un momento.

El chico hizo oídos sordos y de un gran salto salió de ahí.

Dejando a la amazona con varias preguntas.

Trataría de mantener un ojo puesto en él, con ese estado emocional dudaba que pudiera cuidarse solo.

Eso y que tener algo de compañía no estaría mal.

-Cualquiera es mejor que Mousse…- Murmuró mientras tomaba sus armas, se quedó observando un momento la dirección que había tomado el joven.

Preguntándose si debería seguirlo o seguir buscando a Ranma.

Si tan solo supiera…

-o-

De poco a poco Ranma, había estado asimilando la información que había descubierto aquella noche.

Bastó de tres días para recuperarse del “shock emocional”, pero ahora las preguntas no paraban de llegar a su mente.

Preguntas sobre la apariencia de su madre, sus gustos, donde vive y si aún espera su regreso.

Claro, aquellas ideas fueron opacadas rápidamente por otras preguntas.

¿Es normal que las madres estén dispuestas a arrebatarles la vida a sus hijos?

Es más… ¿Quién en su sano juicio se casa con alguien como su padre?

Si regresara a Japón… ¿Su madre estaría decepcionada de él?

¿Qué era eso de convertirse en un hombre entre hombres?

-Lo peor que me puede suceder… es regresar a Japón.- Y era cierto, lo primero que haría su padre era llevarlo a Nerima para comprometerlo con una de las hijas de Soun Tendo y seguramente, no sea la única promesa que le obligarán a cumplir.- Compromisos, deudas y una madre… una madre que juró matarme si no cumplo sus expectativas. 

Suspiró por milésima vez en el día, se levantó de aquel tejado en donde había estado ordenando sus pensamientos para observar a su alrededor.

-Lo primordial es volver a Jusenkyo, luego veré cómo lidiar con todo eso.- Sabía que debía mantenerse alejado de Genma y Shampoo, esta última lo había confundido en su último encuentro pero aun quería matar a su forma maldita.- Ocultarme de ambos será complicado, sobre todo de papá.

Su mirada se centró en la ropa que estaba en el tendedero de la casa del lado, tanto la vestimenta masculina y femenina eran de su talla.

-Quizás sea algo humillante pero no tengo opción.- Decidido tomó aquella ropa y a gran velocidad se abrió paso por los tejados de aquel pueblo.- Actuaré como una verdadera chica con tal de mantenerme alejado de ese bastardo.

-o-

El cambiar de una forma a otra había sido una brillante idea.

Se había ocultado bastante bien de sus perseguidores, ni Genma y Shampoo lo reconocían con su cabello suelto y aquellas gafas.

Se permitió volver ser un hombre en el siguiente pueblo, el cual poseía una población bastante reducida a diferencia del anterior.

Las personas del lugar eran agricultores natos, Ranma estaba sorprendido por la calidad de los productos que cosechaban.

Quería comer varios, pero no sería igual que su padre.

Se ganaría el derecho a comerlos a base de trabajo honesto.

Aunque era más fácil decirlo que hacerlo.

-Si tan solo pudieran entenderme.- Llevaba días así, era incapaz de pedir indicaciones ya que nadie comprendía alguna palabra que soltaba y viceversa.

Intento también con la escritura, pero era igual de horrible que la de su padre.

-Incluso dudo que un japonés pueda entenderla.- Entre suspiros se prometió que no abandonaría este lugar sin haber aprendido hablar Chino.- Bueno… solamente debo encontrar alguien que pueda enseñarme.

Mientras se adentraba en el pueblo, sentía que alguien lo observaba y aquello lo puso bastante nervioso.

-(¿Será papá?)- Tragó saliva ante esa idea, actualmente no estaba muy seguro de sus capacidades, sobre todo al ver lo fácil que su padre lo había neutralizado aquella noche.- (Incluso agotado… debí haber dado más batalla, algo extraño sucedió aquella noche).

Detuvo su caminar al recordar como su padre había desaparecido por un instante.

-(Aquello no lo imaginé… estoy seguro de haberlo visto aparecer unos segundos después desde un ángulo diferente).- Si se trataba de una técnica especial, Ranma se molestaría bastante si su padre le estaba ocultando aquellos movimientos.

¿Cómo convertirse en el mejor artista marcial si su propio maestro lo limitaba?

-Quizás necesito otro maestro.- Al estar tan atrapado en sus pensamientos, terminó chocando con un habitante del pueblo.- ¿Oh? Disculpe… estaba distraído.

-Pude notarlo, te habías percatado que te observaba y luego fuiste consumido por tus propios pensamientos.

Ranma levantó la mirada rápidamente hacia esa persona, estaba sorprendido tanto por escuchar su lengua materna y que estaba frente al tipo que estaba vigilando sus movimientos desde hace unos minutos.

-Por tu mirada puedo afirmar que me recuerdas.

Claro que lo recordaba, era uno de los tantos maestros que habían tenido la amabilidad de recibirlos en sus hogares.

Uno de los tantos maestros que Genma había robado.

Aquel artista marcial ya había pasado por sus mejores años, actualmente su cabello se había teñido de blanco como la nieve. Una barba bastante elegante al igual que su bigote y unos ojos de tonalidad amarilla que lo miraban sin ningún tipo de resentimiento.

Lo cual era bastante extraño para el joven Saotome.

El maestro llevaba el uniforme de su escuela, el cual consistía en unos pantalones negros, una chaqueta de un verde oscuro y el cinturón negro que daba a conocer el nivel de su portador.

Ranma a simple vista podía asegurar que estaban hechos con una tela de gran calidad, ligeros pero resistentes.

-Se ve increíble…- Murmuró con una pisca de envidia, su traje de entrenamiento estaba bastante maltratado y tuvo que deshacerse de él durante su viaje para hallar la cura de su maldición.

Al ver que el joven volvió a distraerse, el maestro captó su atención fingiendo toser.- Debes tener bastante confianza en tus habilidades para volver luego de robarle a mi escuela.

Una pequeña gota de sudor cayó por el rostro de Ranma, el confiaba bastante en sus capacidades como luchador; pero incluso él podía reconocer que aún era bastante pronto para hacerle frente a un verdadero maestro de las artes marciales.

-Hump… notó duda en tu mirada.- El hombre mayor lo observó con una pequeña sonrisa, gesto que incomodaba bastante a Ranma.- Pero también… veo otras cosas en tus ojos.

Miedo.

Ira.

Tristeza.

Y… decepción.

Ranma observó al “anciano”, estaba bastante tonificado y su altura le daba una mayor ventaja.

¿Pero será igual de rápido que su padre?

-(Si papá pudo robarle y salirse con la suya… quizás tenga una oportunidad).

-Aun con todas esas dudas piensas luchar ¿He?

Ranma lanzó un puñetazo pero el hombre lo neutralizó, al igual que los siguientes ataques lanzados por el joven de coleta.

Pero en ningún momento mostró señales de contraatacar.

-Titubeas, de esa forma es imposible vencer a tu adversario.- Al ver que eso no frenaba al joven continuó.- Cuando entrenaste con nosotros demostraste un estilo bastante pulido, ahora tus golpes parecen los de un principiante.

Fue un golpe bastante fuerte en el orgullo de Ranma.

Pero antes que el joven se dejará llevar por sus emociones, el maestro lo jaló hacia él.

-Debes sanar tu corazón muchacho… actualmente solamente eres un peligro para ti mismo.

-¡Tú qué sabes!

-No sé el motivo pero tu ojos dicen suficiente… cualquiera puede darse cuenta que no estás bien.

-¡Yo!- Pronto su arrebató perdió fuerza.- Yo… ¿No estoy bien?

¿Por eso fue tan fácil para su padre vencerle?

¿Shampoo sintió lastima por él ese día?

¿Tan patético se había vuelto que era incapaz de luchar como antes?

-(Tranquilo Ranma… ya solucionaremos esto, hemos estado mejorando poco a poco).- Controlando su respiración había logrado controlar sus emociones, ya tendría tiempo para tratar con estas al encontrarse fuera de peligro.- (Ahora es tiempo de limpiar tu nombre).

El maestro del lugar observó a su alrededor, sus vecinos y conocidos observaban a su dirección curiosos por la interacción que estaba teniendo con aquel extranjero.- (No puedo percibir la energía vital de su padre, es un hecho que el muchacho vino aquí por su cuenta).

Ranma con algo de torpeza se quitó su mochila y se la entregó al anciano.- Toma, dentro se encuentran todos los pergaminos que robó mi padre.- Pudo ver como la mirada del anciano se ablandaba tras su acción y continuó.- No entiendo lo que dicen, así que me es imposible identificar cual te pertenece.

-Es un gesto bastante noble…- Debía ser honesto, no esperaba una acción así del hijo del ladrón más buscado entre los artistas marciales de China.- ¿Puedo preguntar por el paradero de tu padre?

El joven de trenza soltó un suspiro antes de responderle.- Tomamos caminos separados… me di cuenta que estar lejos de él, sería lo mejor para mí.

No pudo hallar ninguna pisca de falsedad en sus palabras.

Y su mirada solamente afirmaba lo que decía el joven Saotome.

-Sé que sonará poco creíble, pero no tuve nada que ver eso.- Ranma parecía dudar de que decir a continuación, sus palabras nunca habían sido su fuerte pero debía demostrar que era un mejor ser humano que su padre y no iba permitir que las acciones de este último arruinaran más su existencia.- (Bien… aquí voy).

Con algo de torpeza hizo una pequeña reverencia, su orgullo parecía asqueado con ese gesto ¡Ellos nunca se habían inclinado ante nadie!- Normalmente me entero de lo que hace cuando ya somos perseguidos por una multitud… esto no es la excepción.

El razonamiento y su corazón le decían que estaba haciendo lo correcto, no había nada de malo disculparse y admitir cuando había actuado mal.

Aquel maestro kenpō se sintió bastante complacido con el gesto de Ranma.- (Quizás la mejor forma de vengarse de Saotome sea esta).

-Has salvado a mi escuela de un aprieto, realmente te lo agradezco.

Ranma levantó su mirada con algo de confusión, normalmente la gente no reaccionaba tan bien a sus intentos de solucionar las cosas.

Y mucho menos le creían con tanta facilidad.

-Ya hemos llamado bastante la atención… ¿Qué tal si descansas un poco en nuestro dojo?

El joven guerrero pudo notar todas las miradas curiosidad dirigidas a él y no pudo evitar sentirse algo avergonzado.

Aceptó la invitación sin pensar mucho en ello, solamente quería alejarse de aquel lugar lo más pronto posible.

-o-

-Ya veo… con que eres uno de los desafortunados en ser maldecidos por los estanques de Jusenkyo.

Ranma solamente asintió, se había abierto con aquel hombre llamado Yen, quién estaba siendo bastante comprensivo con él.

Llevaba más de una hora en este lugar y se sentía bastante cómodo.

Ignorando las miradas llenas de desconfianza de los alumnos de Yen claro está.

-Por eso quiero volver a ese lugar, si hay una forma de quitarme esta maldición, debe ser en las propias aguas de los estanques.

-En teoría bastaría salpicarte con el agua del “hombre ahogado”, aquello neutralizaría tu maldición actual.

Los ojos de Ranma se llenaron de esperanza.- ¿Sí? ¡Estupendo! ¿Puedes decirme como llegar a Jusenkyo.

Yen solamente soltó un suspiro, lamentándose por acabar con las esperanzas del joven.- Desafortunadamente no se la ubicación de aquellas aguas, normalmente evitamos acercarnos a esas zonas de China por lo peligrosas que son.

El maestro de kenpō había sido advertido de las peligrosas tribus que habitaban a los alrededores de Jusenkyo.

-Entiendo.- Ranma se levantó y con una pequeña sonrisa se despedía del hombre mayor.- Agradezco el trato que me has dado, pero es tiempo que continué con mi viaje.

-¿Planeas seguir recorriendo China a ciegas?- Al ver el rostro confundido de Ranma, Yen prosiguió a explicar.- No conoces el idioma, no conoces los alrededores y tienes a dos personas siguiéndote los pasos… eso sin mencionar las emociones que han tomado control de tus sentidos.

Ranma frunció el ceño pero no replicó, de alguna forma sabía que aquel hombre iba a ganarle en una discusión.

-Entonces… ¿Qué puede hacer? ¿Qué es lo que me queda? ¿Esperar que mi padre o Shampoo me encuentren?

Yen al igual que Ranma se levantó de su asiento.- Te propongo algo, quiero que trabajes en nuestra granja y a cambio te doy un lugar donde comer, dormir pero más importante… en donde podrás aprender nuestro idioma y él camino a las distintas escuelas que tu padre robó.

El joven de trenzas solamente lo miraba sin poder creerle ¿Había escuchado bien?

-Uno de ellos debería saber el cómo llegar a Jusenkyo ¿No lo crees?

-Creo que si… es un plan mucho mejor que el mío.

Yen soltó una ligera carcajada para luego darle a conocer a Ranma sus nuevas tareas.

Ranma asentía gustoso, su subconsciente lo regañó pero incluso esa parte insegura de él estaba complacida con el resultado.

Con una sonrisa siguió al maestro de kenpō, por fin la suerte le sonreía y le había dado algo de esperanza gracias a este errante encuentro.

-o-

Ranma deletreaba con lentitud, llegaba a titubear al escuchar las risas de algunos chicos pero trató de ignorarlos lo mejor que pudo.

-Ignóralos Ranma.- Comentó una dulce ama de casa mientras lo observaba con una sonrisa.- Sé que tú puedes hacerlo.

Los pequeños también lo animaban, gritando su nombre con entusiasmo.

¡No podía decepcionarlos!

Con una determinación renacida, Ranma se enfocó en terminar la fábula que le había entregado Yen.

-o-

-¡Bien es hora del combate de practica!

-¡Sí maestro!

Yen seleccionaba a dos de sus alumnos y los hacía combatir entre sí, para ver sus puntos fuertes y en donde estaban flaqueando.

Desde una distancia moderada Ranma observaba los combates entre los muchachos con un pequeño puchero.

Se permitía actual algo infantil estando en su forma maldita.

-¡Mou! Me gustaría poder practicar un poco… ¡Siento que me he oxidado en todo este tiempo!

-El maestro dijo que podrías unirte a los entrenamientos luego de terminar tus deberes.- Comentó una de las pocas chicas del dojo que había ido a refrescarse.- Deja de quejarte y céntrate en el trabajo.

-Tks…- Decidió guardarse para sí mismo el comentario de “solterona amargada”, sabiendo que aquellos comentarios lo habían puesto en aprietos en más de una ocasión.

Sobre todo con Yen que lo reprendía por no pensar antes de hablar y le daba trabajos más grotescos como castigo.

¡Aun apestaba a estiércol!

Entre murmullos siguió barriendo, de vez en cuando su mirada se dirigía a los combates.

-o-

-¡Ranma, Ranma, Ranma!

-¿Sí?

El grupo de tres niños parecían bastante ilusionados con la idea de jugar con el joven de trenzas.

Ranma se sorprendía del apego que habían desarrollado a él.

No era el más amable o cariñoso con los niños para que actuarán así con él.

-¡Vamos a jugar!

-¡Sí, lo habías prometido!

-Lo siento muchachos, aún tengo mucho que hacer… será para la próxima.

La chica del grupo hizo un puchero, uno muy similar al que utilizaba en su forma maldita.

-(Usando mis propios trucos contra mí ¿He?)

Se sobresaltó un poco al sentir un fuerte apretón en sus hombros, al voltear se encontró con el dueño y maestro del lugar.- Puedes tomarte un descanso muchacho, ve y diviértete un poco con los muchachos.

-Pero…

-¿Piensas desilusionar a tus admiradores?

Ranma observó a los pequeños, realmente querían pasar tiempo con él y parecía que recibir un “no” sería bastante doloroso para ellos.

-No se compara nada a que te arrojen atado a un poso lleno de gatos hambrientos.

-Bueno… ¡Juguemos niños!

-¡Sí!

La pequeña lo tomó de las manos y con una radiante sonrisa lo guío hasta la zona de juegos.

Por unos segundos, Ranma había jurado ver a su amiga de la infancia en esa niña.

Y no pudo evitar sonreír.

-o-

-¡Ranma!

-¿Sí?

-Te necesito como un compañero de entrenamiento para uno de mis muchachos.

No tuvo que añadir más, en unos instantes el chico ya se había cambiado y fue corriendo al campo de entrenamiento.

Yen negó divertido y pronto se unió a los jóvenes.

-o-

-Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta árboles. Si los haces para toda la vida, educa a una persona.

-Siguiente.

- Corrige tus errores, si los has cometido, y guárdate de ellos si no has cometido ninguno.

-Muy bien… uno más Ranma.

-Si me das pescado, comeré hoy, si me enseñas a pescar podré comer mañana.

Yen asentía complacido.- Excelente Ranma, ha mejorado bastante tu pronunciación.

El mencionado le daba una pequeña sonrisa tímida.- Es gracias a que tengo un gran maestro.

-o-

-¿Qué es esto?

-Tu uniforme.

Ranma lo tomó con delicadeza, era el mismo traje de entrenamiento que utilizaba Yen y sus alumnos.

-Te has adaptado de una manera extraordinario a nuestro estilo, has aprendido a una velocidad extraordinaria y quisiera que el día de partir, recorras con orgullo el uniforme de nuestra escuela.

Nuestra.

Ahora era un alumno oficial de Yen.

Y en ningún momento su mente o corazón se sintieron mal por dejar de lado “la escuela Saotome”

Con una gran sonrisa se puso su nuevo uniforme, al verse en el espejo podía decirse que estaba hecho para que solamente él lo utilizara.

-o-

-Mucha suerte en tu viaje muchacho.

-Ten cuidado con esa chica Shampoo.

-¡Ranma, tras curarte debes volver a jugar con nosotros!

-¡No te perdonaré si nos olvidas!

-Si luchas contra tu padre debes dejar algo para nosotros.

-Trata de escribir de vez en cuando, ya sea estando en Japón o en cualquier parte del mundo.

-Fue un gusto luchar a tu lado Saotome…

Ranma miraba a cada uno de ellos con aprecio, un cariño que jamás pensó tenerle a alguien que no fuera a su padre y a los dos amigos que tuvo en su infancia.

Este pueblo había sido su hogar por varias semanas, jamás se había sentido tan cómodo y querido.

-Han sido lo mejor que me ha pasado desde que llegué a China… gracias por todo muchachos.- Con una reverencia el joven Saotome se despedía de la gente que había visto como una familia.- Les prometo que los visitaré más adelante.

Yen asintió.- Lo sabemos hijo, ahora sola céntrate en solucionar tus problemas.

-Lo haré… y luego de eso, debemos terminar lo que empezamos anciano.- A pesar de todo lo aprendido, Ranma seguía siendo un amante de los combates y su sangre hervía con tan solo recordar la breve batalla que había tenido con Yen.- ¡Esta vez seré yo el vencedor!

-¡Hohohoho! ¡Te faltan años para poder derrotarme en un combate muchacho!

-o-

Cuando abandonó la aldea… su racha de buena suerte se agotó.

No todos los maestros de China reaccionaron bien al verlo, llegando a combatir con algunos pocos hasta que lograba aclarar la situación.

Fue un trabajo duro pero había logrado devolver cada uno de los pergaminos.

El clima volvió a estar en su contra, usualmente recorría China en días lluviosos captando la atención de cierta amazona.

Amazona que dejó de ser un obstáculo, Ranma había tenido varias compañeras de entrenamiento y todas demostraron tener gran habilidad para combatir.

Una artista marcial seguía siendo un artista marcial, no la hacía débil.

Su padre también se había equivocado en eso.

Shampoo parecía estar a gusto con este resultado, en el combate sonreía y parecía disfrutar del combate.

Tras noquearla Ranma decidió refugiarse en una cueva, calentar un poco de agua y volver a ser un chico.

-Realmente eres un dolor de cabeza.- Comentó a la chica que descansaba a su lado, estuvo varios minutos preguntándose si era correcto dejarla bajo la lluvia o no.- Si no fuera por tus estúpidas leyes… podríamos haber sido amigos.

Había pensado quitarle su vestimenta, pero era bastante tímido con el sexo opuesto.

Después de todo, su padre lo había tenido alejado de las mujeres por más de una década.

-Espero que despiertes pronto Shampoo.- Trataba de mirar a otro lado pero sus ojos siempre volvían a la figura de la chica.- Por mi bien… espero que lo hagas pronto.

-o-

Shampoo era bastante agradable, siempre cuando no quisiera matarlo claro.

La chica estaba bastante agradecida por “rescatarla de la maldita pelirroja” y le indicó el camino hacia Jusenkyo.

Lo acompañó por un breve tiempo, preguntándole si el nombre “Ranma” era bastante común en su país, el cómo había aprendido algo de chino y también sobre lo que había sucedió en “aquella” noche.

Lo último quedó de lado cuando Ranma le dio información sobre la pelirroja.

Shampoo agradeció al joven y le deseó suerte en su viaje.

Ranma no sintió ninguna pisca de culpa al enviarla a Hong Kong, después de todo, cuando se vuelvan a ver su forma femenina dejaría de existir.

-o-

-Un día… solo un día más y estaré en Jusenkyo.

Ranma actualmente recorría las Montañas de Bayan Har, una zona bastante preciosa; tanto por su flora como su fauna.

Ignorando el estrés que le causaba convertirse en mujer contra su voluntad, había sido un viaje bastante gratificante y realmente no veía razones para volver a Japón.

Después de todo… allá no lo esperaban más que compromisos y problemas.

Problemas que no eran su responsabilidad, por mucho que Genma dijera lo contrario.

Además aunque Ranma no lo admitiera jamás, el joven de coleta tenía miedo de hacerle frente a esas personas que querían tener un dominio completo de su vida.

Sobre todo a su madre.

Pero otra parte, moría por conocerla.

Quería saber qué clase de persona era, si realmente estaba dispuesta a matarlo si no cumplía sus expectativas.

Quizás… solo quizás, era otra persona que cayó en los engaños de Genma Saotome.

Sus pensamientos se dirigieron a su amigo de la infancia.

-Amiga...- Se corrigió por quinta vez en el día, aún le era difícil asimilar que su compañero de travesuras era una chica, la cual parecía haber desarrollado sentimientos hacia él.- Bueno… eso fue durante nuestra infancia, dudo que Ucchan mantenga sentimientos por mí.

¿Quién seguiría queriendo a la misma persona por tanto tiempo?

Seguramente era un inocente amor de niños.

-Aun así… debo arreglar eso.- Era un hecho, quizás su padre había robado el carro y abandonó a Ukyo, pero él estaba de acuerdo con eso en cierta forma.- Le quitamos su honor… debieron ser días difíciles para Ucchan.

Honor.

Deber.

Aquellas palabras habían significado tanto para él.

Pero… ¿Ahora?

Palabras vacías, enseñanzas vacías que su padre utilizaba a su favor.

¿Qué había de honorable en estafar a familias?

¿Era honorable dejar a los niños a su suerte?

¿El fin realmente justifica los medios?

Genma seguramente estaba de acuerdo con este dicho.

Yen en cambio…

Nuevamente agitó su cabeza, eliminando todas esas dudas de su mente… al menos temporalmente.- Lo primero es liberarme de la maldición, luego veré si vale la pena volver a Japón…  ¡Que papá vea como restaurar el honor de los Saotome!

-¿Así es como le pagas a tu padre?

-¡!

Al voltear fue salpicado por una gran cantidad de agua, Ranma se maldijo por bajar su guardia.

La maldición se había activado, la estatura del joven se había reducido al igual que su musculatura.

PAAAM

Por puro instinto había bloqueado el ataque de su padre, quién parecía bastante sorprendido por este hecho.

Sin desaprovechar esta oportunidad, la actual pelirroja lo tomó de la ropa y utilizando un lanzamiento de Judo, arrojó a su padre contra las rocas más cercanas.

Pero Genma se reincorporó rápidamente en el aire y aterrizó sin ninguna dificultad.

-Es bueno saber que has mantenido tu entrenamiento muchacho.- Ambos Saotome se pusieron en posición de combate.- Pero se acabaron los juegos… ¡Nuestro viaje terminó y debemos volver a Japón!

Ranma frunció el ceño.- ¿Oh? Supongo que se acabaron las mentiras.

-¡Este es tu castigo por huir del entrenamiento! ¡Tendrás que permanecer con tu maldición hasta que muestres ser digno de una cura!

-¿Y cuándo será eso? ¿Cuándo me case con una de las hijas de Soun Tendo?- Genma abrió los ojos como platos, pero su hijo solo estaba comenzando.- Dime papá… ¿Cuándo podré ser un hombre por completo? ¿Cuándo mamá dejé de buscarnos?  ¿Cuándo deba enfrentarme a todas esas familias que me quieren como su heredero?

-Como te ente…- Genma gracias a sus reflejos, había atrapado el objeto lanzado por su hijo, su sorpresa aumentó bastante al darse que se trataba de su diario.- (Mierda… lo sabe todo).

-¿Enserio tenías pensado hacerme responsable de todos tus problemas?

-Ranma… es tu deber como digno sucesor de la dinastía Saotome.- Al ver que eso no tranquilizaba a su hijo añadió.- Se trata de nuestro honor.

La actual pelirroja se detuvo por un instante ante esa respuesta, llegando a sentir asco ante esa última palabra.

¿Honor?

¿Todas las atrocidades en las sé vio involucrado fue por honor?

Pero… ¿Qué pasaba con el honor de las demás familias?

¿El de su amigo de la infancia?

Internamente agradecía la aparición de su padre, le había dado una respuesta ante las preguntas que lo acompañaron durante su viaje.

Esta vez ni el honor, ni el deber o la hombría servirán para mantener encadenado a Ranma Saotome.

Y así, todas esas emociones que trató de contener durante semanas salieron a la luz.

-¡Mentiras! ¡Solamente estas creando una vida cómoda con mi esfuerzo!

Genma retrocedió ante el tono de Ranma, nunca había hablado con tanto rencor y frustración en el pasado.

¿Tanto le había afectado estas revelaciones?

¿Tan débil era?

Genma frunció el ceño, sin ser capaz de ver el verdadero problema o quizás, ni siquiera le importaba.

Solamente él lo sabía.

-¡Deja de lloriquear como una mujer! Sabes que un artista marci…

-¡Cállate!

El adulto no lo demostraba pero estaba sorprendido por la mirada que estaba entregándole su hijo, había una mezcla de emociones que luchaban por tener el dominio completo.

Odio, frustración y tristeza, pareciera que Ranma en cualquier momento estallaría en llanto.

Pero también había decepción, como si realmente estuviera desilusionado de su padre.

Y una parte de Genma realmente fue afectado por esto.

Seguía siendo un padre y un ser humano después de todo.

Pero…

Aquel orgullo, ese sentimiento y accionar que lo había mantenido con vida todos estos años fue superior.

-¿Qué hay de mamá? ¿No te importa haber dejado a tu mujer sola por tantos años?

-Es por el bien del arte, tanto ella como yo lo sabíamos al realizar ese juramento.- La sorpresa y el pánico desaparecieron del rostro del Genma, ahora solamente entregaba una dura mirada.- Y pensaba que tú también.

-¿Así? No sabía que asegurarte una vida cómoda era para el bien de nuestra escuela.

Ambos se miraron intensamente, si las miradas mataran, el Saotome mayor hubiera sido asesinado en más de una ocasión por su hijo.

Dibujado por: Matsu Hirami.
-Ya no seré tu títere viejo… no seré el títere de nadie más… ¡Te mostraré que en unas semanas he aportado más al arte que tú!

-(Es todo, no permitiré que este mocoso malcriado me trate así).

-¡Jah!- Gritaron tanto padre como hijo al impactar un golpe contra el otro, neutralizándose entre sí.

Ambos retrocedieron para tomar algo de distancia, Ranma tomó unas piedras y las lanzó hacia su padre, quién las destruyó con sus puñetazos.

Era una distracción y ambos lo sabían.

Genma se había preparado para el ataque de su hijo, desvió y bloqueo la mayoría de los golpes.

La mayoría.

La velocidad de Ranma había aumentado, quizás más de lo que esperaba en tan solo unas semanas y no solo eso, estaba demostrando un gran dominio de esta nueva cualidad.

-(Ha estado entrenando en ambas formas).- Su forma de atacar también se había pulido, eso y que el joven Saotome había añadido un nuevo estilo a su arsenal.- (Kenpō… entiendo, si ya sabe cómo golpear con su palma puede golpear con la misma fuerza que cuando es un chico).

O quizás más.

Genma apretó los dientes, aquellos golpes habían dolido… debía centrarse más en atacar y menos en analizar.

PAAAM

Había logrado contratacar, pero la chica se rehusó a retroceder y en tan solo unos segundos reanudó su ataque.

Iniciando un intercambio de golpes al igual como lo habían hecho tantas veces en el pasado.

Sin embargo…

PAAAM

PAAAM

Nunca habían lanzado golpes con tanta brutalidad como ahora.

La cabeza de Ranma había salido disparada hacia atrás, no pudo recuperarse a tiempo y recibió de lleno una patada en el estómago.

Antes que fuera disparada por el impacto del golpe, su padre la había atrapado y conectó tres golpes más en su cuerpo.

Ranma trató de bloquearlos, pero su vista aún era borrosa a causa del último golpe que había recibido en la cabeza. Tendría que depender de sus otros sentidos y especialmente de su instinto para poder contrarrestar a su padre.

Ignoró el ruido de la cascada, del viento y de las hojas al caer.

Imaginó que todo era negro, solamente iluminado por una pequeña luz que se acercaba a gran velocidad hacia él.

Por la izquierda.

-(¡Ahora!).

PAAAM

Los lentes de Genma fueron historia.

Al igual que su nariz.

Había sido una contra perfecta.

-¡Ahora es mi turno!- Exclamó a todo pulmón, lanzando una gran cantidad de golpes contra su padre que solamente podía defenderse.

PAAAM

La defensa de Genma fue superada por la ultima patada de Ranma, dejándolo indefenso para el siguiente ataque de la pelirroja.

Un puñetazo, que iba directo a su rostro, el maestro de la escuela Saotome dudaba resistir otro golpe de ese calibre.

Pero este puñetazo no era una contra, así que Ranma debió sacrificar su velocidad a cambio de lanzar un golpe con una fuerza similar al ataque anterior.

Genma sonreía para sus adentros al notarlo, su hijo seguía pecando de ingenuo al combatir; quizás no era tan resistente como cuando se transformaba en Panda, pero Genma seguía teniendo una recuperación extraordinaria a los ataques.

Todo gracias a todo lo que lo hizo vivir su maestro Happosai.

-(Sigues dejándote llevar por tus emociones muchacho, pero es mejor así, al menos por ahora).- Genma ya estaba preparando una contra, sería suficiente para noquear a su hijo y volver a Japón de una vez por todas.- (Soun se está impacientando, no permitiré que arruines esto Ranma).

-¡Ahhhh!

-¡Toma esto Ranma!

PAAAM

Todo el aire que tenía en sus pulmones se había ido al recibir ese golpe.

Dibujado por: Shiki Gold (Maelo19).

Al bajar la mirada, Genma vio como el otro puño de su hijo se hundía en su estómago.

Ranma no comentó nada y conectó un devastador uppecut, golpe que había despegado a su oponente del suelo.

Se había elevado por lo menos dos metros.

Genma se estrelló contra algunas rocas, lastimando bastante su espalda y su cabeza aun trataba de asimilar lo que había sucedido.

Había sido engañado.

Había mordido el anzuelo con bastante facilidad y eso había dañado su orgullo como luchador.

Quizás no era un hombre y mucho menos un padre ejemplar, pero Genma podía afirmar sin dudas que era uno de los artistas marciales más poderosos de Japón.

-Fue…- Tosió un poco mientras se levantaba, aquella combinación lo había dañado más de lo esperado.- Una buena finta.

Debía reconocerlo, se había tardado un poco en recuperar el control de sus piernas.

-Gracias.- Ranma fue cauteloso, era bastante apetecible rematar a su padre y continuar su viaje, pero Genma era un maestro del engaño y podría esperarlo con un contrataque devastador.- (Llevar nuestro combate al aire no sería la mejor opción, es un maestro en el combate libre… en el suelo tengo más posibilidades de derrotarle).

-(Está siendo bastante observador y precavido, has mejorado bastante Ranma).- Su hijo estaba dando todo de sí en esta ocasión, quizás el debería hacer lo mismo.- No quería llegar a esto… pero no me dejas opción.

Tras esas palabras, Genma había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.

-¡!- La pelirroja quedó atónica ante esta revelación, había desaparecido al igual como esa noche en la que habían discutido.- (No me lo había imaginado… debe ser una de sus técnicas ocultas).

Trató de detectarlo pero no tuvo éxito alguno.

La ansiedad aumentó en Ranma, cada segundo que pasaba significa que estaba más cerca de recibir un golpe que sería incapaz de bloquear.

Trató de mantenerse seguro en el aire, pero antes de que lograra saltar pudo sentir como alguien apareció detrás de él. 

PAAAM

Genma conectó un devastador golpe en la nuca de su hijo.

Ranma apenas fue capaz de quejarse antes de perder la  consciencia.

Al verlo inconsciente, Genma lo cargó en su hombro izquierdo y comenzó alejarse del lugar.

-Es increíble que me haya obligado a usar el “Umi-senken” contra él.- El temor de ser superado por su hijo comenzó a emerger en Genma, quizás desde ahora debería intensificar su propio entrenamiento.- La brecha entre nosotros se va acortando…

Si no hubiera utilizado la maldición de Ranma en su contra, quizás no hubiera tenido tiempo para utilizar su mejor técnica.

Unas gotas de sudor recorrieron por su rostro y al notarlo, trató de desterrar aquellos pensamientos de su mente.

Corrió, como nunca lo había hecho.

Había un barco que debía tomar.

-o-

Su técnica secreta; el Umi-Senken ocultaba todo rastro de él, ya sea energía vital u objetos que portaba.

Requería bastante de sus reservas de ki, sobre todo si requería aplicarlo en algo o alguien más.

Había desarrollado esa técnica para robar sin dificultad, gracias a su tenacidad y habilidad, fue capaz de desarrollar un movimiento que incluso haría retroceder a su maestro.

-Pero...- Su vista era borrosa, había llegado a su límite y apenas había logrado infiltrarse en un barco con destino a Japón.- Necesito mejorar mis reservas de energía…

Genma decidió a centrarse más en su entrenamiento y dejar la comida de lado.

-¿Por qué no ambas?- Con una sonrisa débil pero descarada, el hombre  desactivó su técnica, dando a conocer su presencia y la de su inconsciente hijo.- ¡Saotome, eres un genio!

Se permitió derrumbarse, se encontraban en un barco de carga y todos los tripulantes se habían ido a dormir.

Observó las estrellas, debía admitir que era una noche bastante hermosa y una parte de él lamentaba le hecho que Ranma no pudiera disfrutarla.

-Ranma…- Realmente intentaba restarle importancia a la confrontación que tuvo con su hijo, pero le fue imposible sacar aquellas palabras de su mente.

Especialmente la mirada… esos ojos llenos de angustia, furia y desilusión.

-No quería que las cosas terminaran así…- Incluso él se había preocupado por el paradero de su hijo, temía que aquella chica lo acabara y arruinar así todos sus planes.- Créeme muchacho, estoy asegurando nuestro futuro. 

Sus ojos se enfocaron en su hijo inconsciente, se había asegurado de mantenerlo amarrado con unas cadenas para evitar que volviera a escapar.

Aunque eso no evitaría que al despertar hiciera una rabieta, rezaba que el chico se lograra calmar al llegar a la casa de los Tendos.

La unión entre sus escuelas sería más difícil de lo planeado, pero no imposible.

Esperaba que Soun haya criado a unas agradables jovencitas.

-¡Esto seguro que al final le terminará gustando la idea!- La pelirroja frunció el ceño ante los gritos de su progenitor, pero no parecía despertar por un tiempo.- ¡Tendremos una cama, comida y un dojo, además de una linda chica para él!

Ranma lo había perdonado en el pasado ¿Por qué no lo haría ahora?

Tristemente Genma era completamente ajeno a lo que tenía pensado hacer su hijo al despertarse en Japón.

Ni la nueva forma de pensar y mucho menos el cómo se sentía Ranma.

Con una sonrisa el hombre se dejó seducir por el mundo de los sueños, disfrutando de las fantasías en donde gozaba alrededor de toneladas de dinero.

Sin saber, que aquellas fantasías solamente serían eso… fantasías.

Ranma iba a encargarse de eso.

-o-

Yen: Pacífico.

Y bueno, con eso damos concluido el segundo one-shot con el cual me divertí bastante desde principio a fin.

La idea estaba en mi cabeza desde que había creado la historia anterior (Father And Son), como mencioné en esa entrada, me basé un poco es ciertas actitudes de Genma para darle ciertos rasgos a Egan (Padre de Ash) y si les soy sincero… hace tiempo quería escribir sobre este anime.

Porque aunque parezca extraño, puedo llegar a identificarme de alguna manera con su protagonista.

Sobre todo con la manera en que debe solucionar o convivir con las cagadas realizadas por su padre.

Pero también debo ser honesto y decir que me inspiré bastante de un fanfic en inglés llamado “Becoming a Man Among Men”, su premisa es que Ranma descubría al inicio todos los planes de su padre y comenzaba a formar su propia línea del arte del combate “todo vale”. Tristemente esa historia al tercer capítulo decae y se vuelve bastante insufrible, cometiendo bastantes errores que mencioné en mi entrada sobre los fanfics de traición.

¿Mi objetivo? Es hacer una versión más “seria/madura” de lo visto en el anime/manga, no soy el único en notar el gran potencial que tiene el mundo de Ranma ½, pero al ser una comedia romántica y que al final del día siempre se mantenía el “status quo” … todo ese potencial se va a la basura.

Y esa sería mi opinión de la serie, disfruto de ella, gracias a sus personajes carismáticos, gran parte de estos poseen un trasfondo interesante (Salvo los Tendo y los Kunos) y que tiene ideas bastante interesantes sobre el ki o movimientos de artes marciales.

Pero al final del día, es un producto que duró más de lo que debía y tiene una conclusión horrenda como historia, pero perfecta para que los seguidores de la serie puedan crear sus propias “secuelas” de la serie.

Sin olvidar la horrenda decadencia, tanto narrativa como en la caracterización de los personajes… sobre todo en el manga.

Y tampoco la horrenda pareja “canonica” que son Ranma y Akane, realmente ambos sacan lo peor del otro, excepto cuando actuaban como amigos… en esos momentos son adorables y realmente puedo asegurar que son el mejor amigo del otro.

Deseo de todo corazón que la autora no haga una especie de secuela o conclusión a Ranma, creo que es innecesario y realmente es imposible contentar ya al fandom.

Agregué una pequeña interacción de Shampoo con Ranma masculino, para generar un interés más “natural” de la joven chica en el guerrero de trenza.

Pero bueno… todo depende que sus votos más adelante.

De todas maneras, pienso crear historias sobre este anime pero debo centrarme ahora en Second.

¡Agradezco que se queden hasta el final!

¡Gracias Maelo y a Matsu por su ayuda con sus dibujos! ¡Pueden ver más de sus trabajos en su Instagram y página de facebook respectivamente!

Sin añadir más… se despide este escritor de pacotilla.

-o-